sábado, 2 de abril de 2016

Entre la emoción y la angustia


Uno termina viendo el partido con una sensación extraña, porque Racing de la misma manera que entusiasma cuando ataca, desconsuela cuando defiende aunque terminó empatando un encuentro que, si es por situaciones claras de gol debió haberlo ganado.

Es cierto que el rival planteó bien el partido, porque aprovechó los espacios que deja Racing cuando tiene la pelota y comienza a buscar la ofensiva y los jugadores del rival, que tienen sus virtudes, brillan más de lo normal porque encuentran zonas “liberadas” por donde moverse con tranquilidad.

Para mí lo que sucede es muy sencillo.

Racing cuando ataca comienza a desdoblarse, como lo hacen todos los equipos que buscan la ofensiva, pero en el caso nuestro vemos que pasan al ataque los dos marcadores de punta, sus volantes por afuera y sus volantes centrales contagiados por la dinámica también se acercan al área rival y entonces se desarma un rompecabezas.

El problema es volverse a armar rápidamente porque de la mitad de cancha hacia atrás solo quedan los dos centrales Sanchez y Vittor y el arquero Saja, entonces sucede que si la jugada de ataque se finaliza hay tiempo de reacomodarse, pero si se pierde la pelota se vuelve mirando los números de la camiseta de los rivales, que como en el caso de hoy se encuentran con un campo abierto que es un  deleite para llegar al arco de Saja, dicho de paso de muy floja actuación y cometiendo errores graves, uno de ellos determinó el segundo gol de Tigre.

Y aunque esta vez Racing generó mucho más situaciones de gol que contra Unión y contra Rafaela, no pudo concretarlas por varios motivos, la gran actuación del arquero García, sus palos y porque Cerro está destinado a no hacer un gol, caso contrario nos hubiéramos encontrado nuevamente con un resultado final como en aquellos encuentros.

Obviamente la solución está en un mayor equilibrio, pero la punta de la zona quedará lejos si Lanús gana su partido y posiblemente ese inconveniente lleve a Sava a sostener a rajatabla este sistema, con el cual va a ser difícil que Racing no reciba goles o pase por lo menos sobresaltos en su arco.

Por eso últimamente los hinchas de Racing vivimos los partidos entre la emoción y la angustia, porque así como da gusto ver al equipo hilvanando jugadas de un lado al otro desde Pillud hasta Grimi, disfrutar con los pases de Romero, la aparición de volantes en el área y los delanteros saliendo y entrando para desconcertar a la defensa, también debemos aceptar que en cada pelota que se pierde, comienzan a aparecer todas las cábalas que tengamos a mano rogando que esos contraataques rivales no terminen concretados en gol.

Por último una opinión sobre Vittor: no le cargo todos los problemas de la defensa porque en ese aspecto hay muchos jugadores involucrados y también el técnico Sava, pero la mayoría de sus pelotazos desde el fondo no encuentran nunca un compañero al igual que cuando parece mostrar su arrojo en esos arranques desde el fondo rompiendo líneas que inicia de buena forma, pero que los termina perdiendo la pelota o con un pase sin destino.

Pareciera como que su pujanza lo lleva a jugar su propio partido.

Ahora hay que ganar en la Copa frente al Cali para por lo menos ir asegurando el pase a octavos.


Hasta pronto