sábado, 2 de septiembre de 2017

Más que sorpresa, decepción.

Que Olimpo le podía ganar a "este" Racing, era algo que podía pasar, pero que lo haga después de ir perdiendo por dos goles al final del primer tiempo, en un partido que es una final y convirtiendo tres goles en quince minutos, de los cuales entre el segundo y el tercero, solo pasaron dos minutos, al menos llama mucho la atención.

El cuarto pasa a ser solo una anécdota, porque el partido para Racing había finalizado mucho antes, pero en esta derrota se conjugan varios aspectos que lo llevan a ser un equipo irregular, inseguro y hasta con cierta desorientación, compras no acertadas, bajo rendimiento de algunos jugadores y la falta de una idea clara que genere confianza en el plantel, algo que por ahora no podemos observar.

El equipo aparece como intermitente, donde algunos buenos encuentros aislados en la ofensiva, se intercambian con situaciones de desorden y errores a la hora defender, lo que genera un estado de ánimo endeble, que agranda al rival de turno.

Es evidente que la búsqueda de Cocca siempre estuvo signada por hacerse fuerte en defensa, pero lamentablemente se siguen cambiando las piezas y las variantes tácticas y el resultado sigue siendo negativo.

Entonces los cuestionamientos pasan por si las incorporaciones fueron cantidad y no calidad, como por ejemplo si Patiño es mejor que Pillud, o no saber exactamente cuál es su lugar preferido en el mundo de la defensa, que tuvo además a un Barbieri fue muy flojo y a un Orbán desconocido, nervioso y quizás demasiado impetuoso, mientras Soto alterno entre buenas subidas en el primer tiempo con ciertos problemas en la marca, sobre todo en el segundo.

Pero el medio campo no es ajeno a la mala actuación de la línea de fondo, porque el “Pulpo" González, debió trabajar lo que hacía antes Videla-, pero sus características y su despliegue lo llevaron a hacer un desgaste mayor, porque no abandonó su habitual llegada al área, logró un gol y después trató de ejecutar la contención lo mejor que podía, pero sin tener quien le cubra las espaldas porque Oroz está más para media punta, lo que trajo cierto desorden  natural y un desamparo para la defensa.

En la segunda mitad,  ese desorden acentuado por su cansancio a cuestas, le ocasionó más problemas a una línea de fondo no muy segura y que se vio totalmente desbordada por los rivales que transitaban esa zona central con amplias libertades, lo que la llevó a multiplicar sus errores.

El resto del equipo no había andado tan mal, porque Solari y Zaracho habían generado algunas jugadas interesantes junto con Lisandro López, lo mejor del equipo y asistidor en los dos goles junto a un Triverio que parece faltarle más ritmo y el lógico entendimiento con Licha.

Pero todo cambió a partir del descanso, posiblemente por cierta subestimación inconsciente y creyendo que Olimpo estaba golpeado, lo cierto es que todo se derrumbó, mucho más después del gol de penal, porque de allí en adelante Racing no pudo recuperarse mostrando un bajón anímico gravísimo, que llegó incluso hasta su capitán, pero que impactó más en los chicos.

El impulso del equipo de Bahía, parecía imparable y era evidente que el partido había cambiado de dueño, lo que llamaba a hacer cambios, y el primero es por Patiño (por lesión) pero en su lugar baja a Solari, para que entre Mansilla, buscando no ser tan defensivo, algo que empeora la situación, porque el medio campo cada vez hacía más agua.

Minutos después entra Cuadra por Zaracho, pero Maxi vuelve a tener un partido muy flojo, esta vez como desentendido del juego, mostrando cierta desconcentración, que espero no tenga que ver con la renovación de su contrato.

Y faltando diez minutos llega el esperado debut de Ibargüen, a mi gusto tarde, porque después que descuenta Olimpo de penal, podría haberle dado ingreso para que juegue más tiempo y que vaya tomando confianza.

Finalmente, qué decir de Musso, del que no podemos opinar de buena forma cuando a un arquero le hacen cuatro goles, pero que tampoco se lo puede juzgar en demasía, porque es muy difícil sentirse seguro con defensores y volantes que en el segundo tiempo no paraban a nadie.

Todo terminó de mala manera para Racing, especialmente por la forma que terminan cacheteándonos en el descuento con el cuarto gol, con muchos jugadores mirando, Orban resbalando y Musso sacrificado, casi como en un partido de barrio.

Como reflexión y obviamente con “el diario del lunes” me parece que como este era un partido sin revanchas, al final del primer tiempo y dos a cero arriba, debería de haber entrado Meli o Vittor por Oroz o por Triverio, para tener más marca en el medio y armar lo mejor que se pueda el andamiaje defensivo.

Se me ocurre pensar, quien será el volante de marca que Cocca dispondrá cuando Arévalo Ríos no juegue, porque si ayer no entró Meli, que hace casi un año que está en el equipo, solo le quedaría Vittor que alguna vez lo hizo en Banfield, después no se me ocurre ningún otro que lo pueda hacer.

Pero bueno, ya pasó y es otra copa que pierde Racing, porque parece que a los técnicos no les gusta jugarla, por eso ayer sentí, más que sorpresa, decepción, porque el cuerpo técnico no acertó con su esquema y porque tampoco hubo gestos de rebeldía de parte de los jugadores, para luchar por lo que se estaba perdiendo, al contrario vi como un bajar los brazos…

Hasta pronto.