lunes, 16 de abril de 2012

Ídolos de barro.

Una pelea casi necesaria como absurda dentro del vestuario de Racing después del encuentro perdido frente a Independiente, puso al descubierto que nada había cambiado y que a pesar de la conducción de un Técnico experto en solucionar problemas de vestuario y en el manejo de grupos, los enfrentamientos y los desacuerdos continuaban.

Esto por supuesto es muy grave pues sigo insistiendo que me resulta muy llamativo que el “Coco” Basile se haya entregado tan rápido cuando muchos hinchas de Racing –por no decir la mayoría- esperaba que con su ascendencia y personalidad tomara las decisiones indispensables para liderar este descontrolado plantel y como consecuencia de ello después conducirlo por el camino correcto para que todo se traduzca en un mejor juego y en resultados positivos.

Pero no fue así y el fin no deseado graficó para desgracias de Racing y de sus hinchas una imagen que nunca hubiéramos querido ver, donde todos incluido el mismísimo Basile desaparecieron como fantasmas, dejándonos a los hinchas sumamente decepcionados.

Esto marca que el problema está inserto en la misma raíz del club y que no será fácil solucionarlo ya que por lo menos a la vista pareciera ser que habrá que hacer una profunda cirugía, pero sabiendo que se corre un riesgo muy grande porque su estado se ha debilitado de gran manera.

Racing se nutre desde hace bastante tiempo de ídolos de barro, donde el maquillaje oculta las frágiles personalidades que se derrumban ante el menor embate del rival de turno sin ofrecer ningún signo de fortaleza y rebeldía para enfrentarlo, sin mostrar siquiera esa vergüenza profesional que siempre debe exhibir todo aquel que se precie de tal.

Todo se va desplomando poco a poco y los que ayer eran dioses ( me incluyo en haberlo denominado así a algunos ) hoy son simplemente figuras endebles de miradas perdidas y cabezas gachas.

Y esto incluye al “Coco” quien evidentemente a través de sus gestos y sus decisiones mostró en muy poco tiempo, una estructura anímica resquebrajada que desconcertó a propios y extraños, saliendo de su querido club como seguramente nunca se lo imaginó.

El arquero Saja, el volante Pelletieri y quizás el joven Zuculini hayan sido la excepción dejando en claro que a pesar de los resultados negativos nunca se debe escatimar el esfuerzo y la actitud.

Hoy la dirigencia salta de una persona de casi 70 años y con muchos pergaminos a alguien de 31 con un mínimo tiempo de experiencia. Distintas personalidades y puntos de vista separan a Basile y Zubeldía, esperando que en esta nueva y acelerada decisión hayan acertado para este derrotero que según vemos está lleno de sorpresas.

Hasta pronto.