jueves, 4 de junio de 2015

Mucho para perder y poco para ganar.

Normalmente en su inicio, los partidos por la Copa Argentina no son medida para muchos equipos de la Primera División A, pero no solo por jugar en la máxima categoría, sino porque en casi todos los aspectos que hacen a un club, superan en la mayoría de los casos a quien en esa primera instancia es su adversario.

Desde lo económico, que le permite contar con jugadores de mayor jerarquía de exclusiva dedicación a la profesión, la preparación física y el ritmo que impone dicho torneos, marcan una diferencia sustancial, la que debería ser suficiente como para que no hubiera sorpresas en el resultado, pero se ha visto que no es así.

Es que sobre todo, cuando los equipos de mayor categoría y renombre enfrentan a aquellos que intervienen en el torneo de una forma casi amateur, sufren, aunque no deberían, el peso una mayor responsabilidad a la hora de la exposición, sabiendo que en caso de no ganar el encuentro además de recibir el repudio natural de sus hinchas, les caerá encima el resto del mundo futbolero con las burlas de los hinchas rivales, con las cuales tendrán que convivir por un tiempo.

Y un ejemplo es el partido que Racing jugó ayer,  el que diría, que no tiene mucho sentido  analizar a fondo, porque desde el vamos,  lo primero que se me cruzó por la mente es que la Academia tenía mucho para perder y poco para ganar.

Y eso se vio reflejado en esa primera etapa que finalizó sin goles, donde hubo jugadores que tenían una imprecisión alarmante ante un equipo limitado y sin fuerzas, que solo pareció que jugó bastante bien porque Racing prácticamente no acertó ni con el planteo ni con el juego, sabiendo que a medida que pasa el tiempo y no se logra la ventaja, los que siempre pierden la paciencia son los equipos superiores, que no pueden demostrar que lo son, mientras los rivales se fortalecen mentalmente.

Por suerte no fue así, ya que a los pocos minutos Racing abrió el marcador que desnudó aún más la fragilidad de su rival y después del segundo gol buscó solo esperar que el tiempo pase.

Ahora a pensar en Vélez y tratar de cerrar este semestre con un triunfo, para no perderles pisada a los de arriba y para que esa alegría ayude de alguna manera a paliar ese dejo de tristeza que nos dejó no poder continuar en la Libertadores.

Hasta pronto.




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