Es mi
intención contarles a los hinchas de Racing algunas sensaciones vividas hace 46
años, cuando la Academia
se coronaba Campeón del Mundo.
Todo
comenzó en el primer partido semifinal con Nacional de Montevideo jugado en
cancha de Racing ( Agosto de 1967 ) y donde junto a mi hermano Pino, mi amigo
el “Gallego” Uzal y un compañero de aventuras racinguistas Osvaldo Bouza, veíamos
como los uruguayos nos mataban a patadas en el propio cilindro de Avellaneda. Resultado
0 a 0 y
revancha en Montevideo.
Tanta
fue la bronca que nos dijimos ahí mismo, tenemos que ir a Uruguay y allá
viajamos con otro amigo de la infancia “Coco” Latorre ( hincha de San Lorenzo )
y cuando llegamos la ciudad estaba llena de pasacalles que decían “Nacional,
Campeón de América” pero la sorpresa más grande fue que los hinchas de Peñarol en
la calle nos alentaban y después pudimos comprobarlo en la tribuna del
Centenario donde encontramos a muchos de ellos haciendo fuerza por Racing.
Pero otro
empate 0 a
0 nos llevó al tercer partido en Chile, y allí la Academia ganó 2 a 1 pasando a jugar la final
con Celtic.
Después
de la derrota en Escocia por 1 a
0, llegó el triunfo en Avellaneda por 2 a 1, y otra vez tercer partido pero como debía
jugarse en un país neutral, se eligió Uruguay.
Y allá
fuimos nuevamente, esta vez acompañados por otro amigo bostero, Juan Carlos
Ruas, que hasta llevó una bandera de Boca en un mástil de madera.
Todos
para hinchar por este Racing que estaba a un paso de hacer historia.
Nuestras
madres nos habían provisto de comida para nuestra aventura montevideana y
nuestros bolsos rebalsaban de sandwiches ( de milanesa la mayoría ).
Embarcamos
un viernes a la noche en el 33 Orientales y arribamos por la mañana.
Fuimos a
la playa de Pocitos a esperar que se acercara la hora del partido y después de
comer viajamos hasta el Centenario en microómnibus llenos de uruguayos que hacían
comentarios en contra de la
Academia.
Ya más
tranquilos en la cancha, el estadio se lleno a full y los hinchas de Racing más
algunos de otros equipos ( recuerdo una bandera de Vélez ) que éramos unos
5.000, ocupamos la tribuna lateral América (también pude ver a Antonio Carrizo,
boquense de corazón).
Pero en
esta oportunidad no había ningún uruguayo hinchando por Racing, como pasó ante
Nacional. Esta vez todos se habían unido para alentar al Celtic que fue
recibido con una estruendosa ovación.
No
recuerdo si fue antes del partido o en el entretiempo y ante cantos agresivos de
toda la cancha contra los argentinos y que hacían referencia a la dictadura (
era cierto porque Onganía presidía un gobierno de facto) de bronca todos los
hinchas comenzamos a cantarles “Los
uruguayos corren la coneja, los argentinos comemos milanesa” y de muchos
lados de nuestra hinchada se empezó a tirar comida a la cancha (todo lo que le
había sobrado a los hinchas ), algo que les dolió muchísimo porque la economía
uruguaya estaba pasando un mal momento. (De alguna manera los estábamos
tratando de muertos de hambre).
Eran
tiempos difíciles para Uruguay.
El
partido fue de alta tensión y la impotencia de los escoceses que buscaban que
los de Racing reaccionaran ante sus agresiones, no impidió que este grupo de
heroicos jugadores se consagrara Campeón con el inolvidable gol del “Chango”
Cárdenas otorgándole a Racing además del título, la distinción de ser el Primer
Campeón del Mundo de la
Argentina.
He visto
llorar como nunca a muchos hinchas y todos los que allí estábamos entonamos emocionados
el Himno Nacional Argentino, lo que los enardeció más todavía abandonando la
cancha rápidamente, lo que presagiaba que nos iban a esperar a la salida.
Dicho y
hecho.
Fue muy
difícil abandonar el estadio y una y otra vez bajamos y subimos la tribuna,
porque al intentar salir se venían todos los que nos esperaban en las
inmediaciones aunque la
Policía te decía “salgan tranquilos que no pasa nada”
Finalmente
y después de un par de horas caminamos mucho siempre atentos a los que nos
podía suceder y pudimos llegar cuando estaba anocheciendo al barco, donde al
zarpar tuvimos que protegernos ubicándonos del lado contrario al muelle, porque
una multitud de gente se había llegado hasta allí para tirarnos todo lo que
tenía a mano
(
botellas, piedras, etc. )
Después
nos enteramos que en la Avenida
18 de Julio hubo una “batalla campal” entre hinchas argentinos y uruguayos
donde volaron sillas, mesas, etc
Fue un 4 de noviembre de 1967 y
tuve la suerte de estar allí.
Hoy quiero
rendir homenaje a aquel plantel y cuerpo técnico, que fue orgullo de los hinchas
de Racing y que conformaron “el equipo
de José”, agradeciéndoles el haberme hecho vivir grandes emociones.
Gracias
por haberlo leído.
Hasta
pronto.
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