jueves, 9 de agosto de 2012

El juego de los porqués.



Hoy con la misma bronca pero más calmado que ayer traté de analizar nuevamente el partido por la Copa Argentina y me hice algunas preguntas a las que no le encuentro respuestas.

El partido era quizás lo más importante del semestre y pensábamos que Racing se había preparado de una forma muy especial para afrontar el mismo.

Entonces comencé a preguntarme:

¿ Por qué no se le planteó a Boca un partido más cerrado, con más lucha tartando de llevarlo a un juego que le hiciera perder su natural orden.?

¿Por qué aceptamos jugarle un partido abierto cambiando golpe por golpe cuando el equipo no encontró todavía un rendimiento aceptable.?

¿Por qué nos abrimos tanto en defensa frente a los atacantes que tiene Boca.?

¿Por qué aparece Martínez jugando de lateral cuando durante todo el proceso de pretemporada no jugo ningún partido y que además seguramente su cabeza habrá estado soñando con su aparente próximo destino en Italia?

Por qué no se le da una chance a Migliónico del cual se decía que era un jugador muy táctico y con una gran experiencia europea en la marca.

¿Por qué cuando faltaba todavía bastante tiempo sacó a Pelletieri sumando jugadores supuestamente ofensivos, dejando para defender solamente a los 3 jugadores de la línea de fondo ya que Camoranessi trataba mal o bien de ser más ordenado, pero cuando Boca pasaba la mitad de cancha, sobre todo con la entrada de Sanchez Miño, solo rezábamos que no se convirtiera el gol porque no había resistencia alguna, algo que por suerte no se concretó.

¿Por qué no entró antes Cámpora observando que Sand estaba fuera del partido y además con una lentitud física alarmante.?

El encuentro pareció el juego de los porques, pero la verdad es que fue una cruenta realidad la que ayer se vió en el campo de juego y que realmente preocupa.

Este período tiene cierta similitud con lo sucedido en la etapa en que Vivas fue técnico, donde el equipo aparecía como desorientado.

Espero que no, porque sino le veo corta vida en la Academia al técnico Zubeldía.

Hasta pronto.

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