Racing ganó en Chile un partido muy importante, porque en este triunfo puede encontrar la solución a la crisis futbolística actual.
Había que ganar y lo hizo con justicia, a pesar de
no haber jugado bien el primer tiempo, donde vimos que Racing continuaba arrastrando
los problemas de los últimos partidos –el equipo chileno ganaba fácilmente el medio
campo- con la suerte de que Huachipato, apenas si pudo tener una clara situación
de gol, dos si le contamos un cabezazo desviado.
El campo de juego muy desparejo hacía más evidente
los problemas para controlar la pelota y dentro de ese panorama donde todo era impreciso,
se destacaba el esfuerzo y despliegue de Baltazar Rodríguez, quien con su
cambio de ritmo se desdoblaba en su tarea de recuperación y acompañamiento,
trataba de llegar cerca del área para ganar la segunda pelota, pero a Salas,
Maravilla y Carbonero se les hacía difícil controlar los lanzamientos largos que
les llegaban, pero así y todo estuvo cerca de abrir el marcador a través de un
remate de Rojas a las manos del arquero y uno de Adeián Martínez que pega en el
travesaño.
Sin embargo a los treinta minutos, un saque de arco
de Arias le llega a Salas, de pecho la rebota para Mura y este comienza, quizás,
la única jugada con varios pases donde intervienen Baltazar Rodríguez, Martínez,
Rojas y Carbonero, quien envía un centro rasante paralelo a la línea de fondo,
que busca “Maravilla” para volver a gritar un gol.
En el inicio del segundo tiempo Racing encuentra
algunas asociaciones ofensivas interesantes, pero rápidamente Huachipato gana
el medio campo y comienza a complicar a la defensa, aunque la Academia tuvo un
par de llegadas a través de un centro de Rojas y una pelota que Baltazar le
pone a Martínez, pero este pierde el control de la misma entrando al área.
Racing seguía sin ser claro y esa forma de juego lo
desgastaba físicamente, situación que llevó a Costas a realizar una
modificación que termina siendo clave, JuanFer entra por Carbonero (quizás fue
el elegido por la lesión) y a partir de ahí, el desorden fue desapareciendo y
el juego volvió a tener sentido de equipo, el que entendió que la pelota debía pasar
por Quintero, quien a través de su precisión en el toque, los jugadores
comenzaron a tener mejores movimientos y la asociación fue apareciendo,
haciendo que la Academia ganara confianza y se animase a más.
Por eso no tengo dudas que JuanFer cambió el juego, porque se hizo dueño de la pelota, tranquilizó
al equipo y con compromiso mostró cual era el camino correcto.
Después de su ingreso se vio lo mejor de Racing, que
fue acorralando a su rival, provocándole varias situaciones claras para
aumentar el marcador, como en el centro de Rojas que cruza el área, el remate de
Sosa que desvía el arquero, el de Almendra que encuentra nuevamente el
travesaño y la jugada de Salas que se excede en lo individual, hasta que en una
pelota larga Martínez arranca solo y queda mano a mano con el arquero, pero al
eludirlo hacia un costado, en su estirada lo voltea cometiendole un claro
penal, que confirma el VAR y que JuanFer convierte en gol, para el segundo y
definitivo tanto académico.
Racing mejoró bastante en ese segundo período y hubo
jugadores que a mi gusto tuvieron en general una buena actuación, desde ya JuanFer
y Arias, después la línea de fondo completa, Sosa, Baltazar y “Maravilla”, que
consiguió el gol que le faltaba para volver recuperar esa energía positiva.
Costas debe volver a confiar en JuanFer, porque aún
con sus vaivenes contagia fútbol y aunque sea intermitente hay que bancarlo,
porque normalmente (salvo los monstruos como Maradona y Messi) los que son creadores,
“diferentes”, son así.
Ahora a prepararse para ganar en Rosario, donde por el
poco tiempo de recuperación física, considero que hay que ir con un medio campo
más poblado y equilibrado.
Hasta pronto.
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