Racing volvió a decepcionar en la Copa Argentina, con una actuación que volvió a mostrar la fragilidad del equipo, que disperso y sin reacción, nunca entendió que estaba jugando una final.
No hay mucho para decir de esta nueva frustración
para los hinchas de Racing, porque una cosa es entender que se puede perder, pero
otra es la manera que se llega a esa derrota, esta vez con una goleada que deja
una imagen de debilidad que ya no sorprende, porque es repetitiva.
Con una defensa de puertas abiertas, donde Tagliamonte
que pareció temeroso, estuvo lento e indeciso y donde Sigali y Piovi (parece
que cuando hay ofertas la cabeza pasa a estar en otro lado) desconcentrados, al
igual que Martirena y Rojas, parecían no darse cuenta de lo que se estaban
jugando, le fueron dando toda clase de ventajas a los intentos ofensivos de
Huracán.
A todo esto el medio campo desordenado e impreciso
era sorprendido por los volantes rivales y con delanteros confundidos, con un
Romero que sigue siendo bancado por el técnico como no lo hizo con ningún otro
jugador, no llegaba a inquietar a Huracán, que esperaba sorprender de
contragolpe, como sabiendo que Racing le iba a dar esas oportunidades.
Y llegaron con goles ante un Tagliamonte que no
ofreció resistencia en ninguno de los ellos, pero admitiendo también que fueron
cómplices sus compañeros de la defensa y si bien Racing descontó en una jugada
aislada por parte de Oroz, Huracán seguía siendo el que imponía el ritmo de
juego y volvió a convertir cerca del final con otra jugada donde Martínez tácticamente sorprendió a Gago.
Era desesperante verlo con los mismos errores
defensivos de hace tiempo y jugando como si fuera por compromiso, pero las
entradas de Roger y de Hauche por lo
menos llevaron un poco más de preocupación a la defensa del globo, sobre todo a
través del colombiano y entonces ¡Oh, oh…sorpresa!, dos goles de Romero para
que Racing se pusiera a un gol de diferencia, pero eso duró unos pocos minutos porque
rápidamente la defensa le volvió a dar a Huracán una nueva oportunidad
para aumentar y a partir de ahí se fue entregando a esta humillante derrota con
un resultado que puede acercar el final de
un ciclo, al que le queda una sola vida.
Para Racing que venía de quedarse afuera de la
Libertadores, este partido tenía todas las características de una final importante
y los hinchas esperábamos que lo jugara como tal, pero carece de jugadores
líderes, de esos que no se rinden, de esos que imponen aunque sea a las
puteadas la rebeldía y entonces aparecieron las miradas, cómplices, culpables,
buscando el suelo y defraudando otra vez, pero no por haber perdido, sino por
la forma en que lo hizo, aun teniendo una semana de descanso por delante.
Ojalá pueda recuperar algunos jugadores que le permitan al equipo tener más solidez en el fondo y ser más contundente en la ofensiva, porque ahora le guste o no a Gago tiene la “obligación de ganar” la Copa de la Liga, porque lo exige el escudo, su camiseta, su gente y porque por encima de la idea de juego y del tratar de jugar bien, siempre serán los resultados los que mandan, porque para eso los contratan y por eso les rescinden si no los logran
Si para Gago todo es competir y seguir participando,
para los hinchas no es así y aunque muchas veces podemos tener opiniones
diferentes, sabe que “es difícil hablarle al hincha…” cuando se defiende lo
indefendible.
Finalmente y con todo respeto quiero decirle a Gago
que es verdad que en mi modesto Blog escribo “con el diario del lunes”, no porque
sea fácil, sino porque no puedo dar una opinión de un partido antes de verlo.
Por último y como hincha quiero decir que vi un
video donde su ayudante de campo Gustavo
Gallego con un vergonzoso gesto se burla de los hinchas que fueron a ver el
partido, por lo que espero que sea severamente sancionado por la CD de Racing.
Hasta pronto.
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