Quizás Carlos Ischia tenga las mejores intenciones haciendo jugar a este equipo con la
defensa achicando cerca de la mitad de cancha y tratando de hacer un equipo
corto, pero con los defensores que hoy cuenta Racing lamentablemente este
sistema deja mucho que desear.
Esto
sumado a la baja total del nivel de los jugadores, quienes con actuaciones
realmente penosas han resquebrajado la estructura de este equipo que no ofrece
ninguna respuesta anímica ante el primer gol del rival.
Los
chicos del club, son seguramente los que más sufren este proceso emocional que
los llevó de estar exultantes y con un juego hasta vistoso cuando se ganaba, a
pasar al otro deslucido y con una falta total de ideas ni fuerza anímica cuando
se pierde, finalizando envueltos en una profunda tristeza que se dibuja en sus
rostros.
Y a los
grandes se los ve como desencajados, ganados por una desorientación que va en
aumento desde que comenzó este torneo, quizás porque no están cómodos con algo interno
y nosotros no sabemos.
Lo
cierto es que no hay rebeldía, no hay gritos, no hay líderes y este equipo más
que nunca necesita en la cancha jugadores que sean capaces de cambiar esa
imagen mansa, suave y frágil que vemos
cada fin de semana, donde se parece más a un equipo de plástico, al que se
le ve la cara, pero nunca el corazón.
En el
juego lo alarmante sigue siendo lo mal que estamos en las dos áreas.
Para no
hablar mucho del partido solo quiero decir que Vietto y Roger Martinez bajan
tanto a buscar que nunca inquietan a los centrales rivales, generando al
tirarse atrás más problemas que soluciones.
Pienso que se debe comenzar a buscar solidez en algunas de sus zonas,
porque por ahora todas muestran una gran inconsistencia.
Racing
esta recibiendo una andanada de piñas y tiene que ubicar bien los brazos para
pararlas. No está en condiciones de cruzar golpe por golpe, porque perdió la
frescura juvenil y la velocidad que le daba esa posibilidad.
Hay que consolidar la defensa, buscando el sistema que la haga más compacta y
más segura, respaldada por un medio campo de más recuperación, aunque no sea el
deseo de muchos.
Creo que
la idea de que este equipo puede tener la pelota y hacerla circular, por ahora
hay que guardarla en el cajón, ya que la misma debe estar sustentada por
jugadores de buen pie y de mucha personalidad, algo que en este torneo no se vio
en ningún momento.
Hasta pronto.
(*) Frase de la canción Plástico, de Ruben Blades
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