El triunfo de ayer ante San Lorenzo, como visitante y volviendo a revertir un resultado adverso, señala que el plantel está fortalecido mentalmente y con una gran confianza para encarar la final de la Copa Sudamericana ante Cruzeiro.
Quizás muchos, como en mi caso, pensábamos que no
había que arriesgar a varios jugadores titulares por temor a alguna lesión,
pero finalmente se impuso el razonamiento de Costas, que expresaba que no
podían guardarse porque no era bueno estar tantos días sin competencia y ese concepto
lo llevó a ganar el clásico ante el Ciclón.
El equipo siempre trató de ir a buscar el triunfo
sabiendo que de esa manera se despreocuparía del torneo local y Carbonero –ayer
con más actitud y compromiso- estuvo a punto de convertir en dos oportunidades,
la primera después de enganchar en el área remata fuerte pero a las manos de arquero
y la segunda cuando después de una gran jugada un remate de Salas es desviado
nuevamente por Gómez, se anticipa a un defensor pero no llega a empujarla al
gol.
A todo esto San Lorenzo retrocedía hasta su campo
para después salir con pelotas a los espacios que dejaban los centrales
académicos a sus espaldas y en una discutida acción Sosa pierde la pelota en el
medio, Cuello gana ante Di Césare y termina convirtiendo el gol inicial del
local, que no era justo pero del que había que reponerse y como lo viene
mostrando en los últimos partidos, Racing siguió buscando el empate y Barrios -nuevamente
de buen partido- estuvo cerca pero terminó desviando el remate.
El segundo tiempo mostró a un Racing más intenso ante
un San Lorenzo más especulador y antes de los veinte minutos Gustavo Costas mete
tres cambios que iban a cambiar el encuentro, “Maravilla” Martinez por Salas, Colombo
por Di Césare y Rojas por Martirena, este último llevó a pasar a la derecha a
Mura, quien dos minutos más tarde iba a comenzar a convertirse en el goleador
del equipo, cuando un centro de Solari desde la izquierda, es mal rechazado por
Remedi y la pelota la va a buscar Mura, quien como un atacante más estaba cerca
del segundo palo y de cabeza la pone por sobre un pasmado “Chila” Gomez,
dándole el empate a la Academia.
Era Racing el que más buscaba ganarlo y “Adrian
Martinez que preocupaba más a una defensa azulgrana dubitativa tuvo una
oportunidad en un intento de chilena pero fue erróneo, mientras San Lorenzo, que
contó con una situación faltando diez minutos solo esperaba alguna falla defensiva
o en alguna contra.
Costas reemplaza a Zuculini con Nardoni y a
Carbonero con Vietto quien faltando un minuto para finalizar los cuarenta y
cinco abre para Rojas, este envía un centro que Gómez, ante la presencia “Maravilla”,
intenta despejar con los puños, pero su rechazo le cae a Mura, quien nuevamente
expectante y casi en el mismo lugar del primer gol, de “palomita”, concreta el
tanto que le daría el triunfo a Racing.
Este “loco bajito” como dice Serrat, no quiere ser
menos que Martirena y esta vez le dio a Racing los goles para una victoria que además
de ubicarlo en carrera en el torneo interno y posicionarlo muy bien en la tabla
anual, lo tranquiliza desde lo mental, porque les permite enfocarse
exclusivamente en el partido a jugarse el sábado en Paraguay.
Gustavo Costas tuvo que enfrentar algunas tormentas, pero a través de su transparencia, su dignidad, su nobleza, su perseverancia y su pasión, supo transmitirle a sus jugadores la fe necesaria para sobreponerse a todos los obstáculos que fue encontrando en ese camino a la gloria, porque Racing va por la gloria y para conquistarla, el plantel, el cuerpo técnico y nosotros los hinchas, debemos ser un todo, por eso desde donde nos encontremos, a la hora del partido con nuestros corazones y nuestras mentes debemos conformar una única e indestructible fuerza que le permitirá lograr el triunfo ante Cruzeiro.
El sueño de Costas es nuestro sueño y juntos lo
vamos a lograr!
Vamos Racing carajo!
Hasta pronto.
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