En un partido incómodo y sufrido, Racing le ganó a San Martín de Tucumán y pasó a octavos de la Copa Argentina.
El triunfo fue apenas un paliativo pasajero para los
hinchas, pero no alcanza para calmar ni para ocultar la realidad que nos viene
preocupando, la que nos sigue mostrando un confuso panorama a pocos días de
jugar los octavos de la Copa Libertadores.
Es realmente incomprensible que este Racing que hoy goza
de una buena situación económica, no solo no puede definir cuáles serán sus
refuerzos a días de presentar la lista de la Libertadores, sino que además
genere desencuentros y malos entendidos por temas de contratos con jugadores
importantes, quienes sabiendo que deben cumplir con sus obligaciones como
profesionales la situación los lleva a cometer errores y a ubicarse en extremos
irritantes que se podían haber evitado de haberse gestionado a tiempo.
Ver el equipo que jugó por Copa Argentina es como
volver a vivir una etapa que parecía haber quedado atrás y por ahora sería el
equipo que va a enfrentar su primer encuentro de visitante en Colombia, por eso
el triunfo frente a San Martín de Tucumán fue en realidad un resultado fortuito para un futuro incierto, porque Racing tuvo
contundencia en sus pocas llegadas, mientras el rival careció de la misma y por
más de que algunos chicos sigan mostrando virtudes interesantes, sabemos muy
bien que para lo que viene, se necesitan jugadores de jerarquía, algo que ya
expresó el propio Piovi.
Piovi hizo el primer gol con un gran remate y aunque
no estuvo muy acertado en algunos pases se está erigiendo como en un nuevo
líder futbolístico de este equipo, que con algunos nombres que ya no alcanzan a
seducir como antes, ha perdido casi todas las buenas virtudes que tenía, por lo
que a mi modo de ver solo pude rescatar la evolución de Nardoni en su juego, la
firmeza de Avilés y Quiros en defensa, la fortaleza y guapeza de Tomás Pérez y el
atrevimiento de Ojeda con su gambeta en la ofensiva.
Hablando de Piovi, no entiendo porque Gago viendo que
en el primer tiempo, San Martín utilizó los espacios que dejaba a sus espaldas
para generar varias situaciones de peligro, en el segundo período y ganando dos
a cero lo siguió utilizando de volante en lugar bajarlo de central y armar una línea
de cuatro, jugando cuatro, cuatro, dos, lo que le permitió al equipo tucumano continuar
teniendo esas ventajas que finalmente le dieron su fruto, aunque por suerte una
sola vez.
No hay dudas que Racing es grande por su gente, por
esos hinchas que aún en extensos períodos de pobreza futbolística se fueron
multiplicando, pero ese respaldo desde afuera no se ve compensado desde adentro,
dado que la dirigencia siempre se manejó con mentalidad de equipo chico, aún después
de varios éxitos deportivos y económicos que le dieron oportunidades para
seguir creciendo, pero por el contrario, fueron derribando lo que habían
levantado, dando la sensación de que para algunos ser un grande es una complicación.
Hasta pronto.
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