Realmente es inevitable cuestionar el funcionamiento
de Racing en el torneo local, aunque con el empate se haya cortado la racha de
derrotas.
Ayer, sobre todo en el primer tiempo Racing volvió a
mostrarse como un equipo lento, sin dinamismo, como gastado físicamente, quizás
por todas las dudas que le genera cargar con tantos partidos perdidos y
entonces da la sensación de que sale a jugar como de compromiso.
Es cierto que de alguna manera había que cortar la “diarrea”
que lo venía sometiendo y el temor a volver a perder lo llevó a tomar
precauciones, que se vieron en la aplicación de un sistema de juego similar al
que utilizó en Ecuador donde se privilegió más defender que atacar.
Y en esa aventura vimos un Racing que esperaba en su
campo y a un Defensa y Justicia que no encontraba los espacios para imponer su
juego, que lo pudo hacer recién después de los veinte minutos cuando comenzó a crecer
y a tener algunas posibilidades, sobre todo por el lado izquierdo de una defensa
académica que sufría como consecuencia del mal funcionamiento del medio campo, donde
Gómez, Moreno, Nardoni, Oroz y Moralez no solo no podían con los volantes
rivales sino que cuando tenían la pelota no le daban buen destino a la misma.
Racing la perdía fácil, pero cuando la tuvo cerca
del área rival tampoco pudo desbordar por los costados, lo llevaba a tocar hacia atrás o a lanzar algún centro sin
destino, para un Guerrero que carecía de acompañamiento y como resultado de esa
falta de claridad nunca pudo patear al arco para inquietar a Unsain, aun
sabiendo que sabiendo que el sol le contra jugaba en contra al arquero.
Y en ese juego irresoluto y dubitativo, un mal pase
de Moreno para Quirós es anticipado por Barbona y ante una defensa totalmente
abierta toca para Alanis que frente a la salida de Arias convierte el gol de
Defensa, quizás merecido, pero no esperado de esa manera y el final del primer
tiempo presagiaba una tormenta, porque el gol del local podía hacerle mucho
daño a un equipo frágil como Racing.
El segundo tiempo salió a jugarlo con un poco más de
actitud y a los siete minutos Escalante es expulsado por doble amarilla, lo que
impulsa más a Racing a ir por el gol del empate, que casi consigue Nardoni, pero
su remate se fue apenas desviado.
Gago busca más potencia con Hauche, que reemplaza a
Maxi Morales y unos minutos más tarde de un tiro de esquina con toque corto
para Mura, este envía un centro al segundo palo, donde Moreno pudo redimirse de
su error, al concretar de cabeza el empate.
Estaba todo dado para que Racing ganara el
encuentro, porque además Defensa y Justicia comenzaba a conformarse con el
punto, pero Gago reemplaza a Jonathan
Gómez por Fértoli, que no pudo desbordar nunca a su marcador ni enviar un buen centro.
Racing insinuó más en esa segunda etapa jugando en
campo rival, pero las posibilidades que tuvo solo fueron por remates desde fuera
del área de Moreno y Hauche, ya que no encontraba la forma de llegar al arco de
Unsain a no ser por un tiro de esquina o algún centro, cuando en realidad era un
partido donde Gago tenía que haber tomado determinaciones más tempranas en
cuanto a los cambios ante un rival que se aferraba al empate.
Pero no entiendo porque razón, realizó dos cambios a solo un par de minutos para los
noventa, el de Insúa por Quiroz obligado por lesión y el otro por Oroz, queriendo hacer
debutar al chico Tomás Pérez, de 16 años, que había jugado el día anterior en
reserva, lo que hubiera sido un error imperdonable, no solo de él, sino también
de sus colaboradores aunque por suerte alguien reaccionó a tiempo y no lo
introdujo, haciéndolo en su lugar Saliadarre, que debió estar antes en
cancha para tener más fuerza ofensiva.
Racing parece no entender que el camino es uno solo,
el de jugar al máximo todos los partidos, sin renunciar a nada, donde lo significativo
de uno no debe quitarle la importancia al otro, pero con todo respeto, pienso que
Gago y los jugadores parecen tener la
mente en dos rumbos diferentes, donde en uno avanzan sin encontrar obstáculos
complicados y están cerca de lograr el objetivo y en el otro la confusión los introdujo
en un laberinto que hasta hoy no le encuentran salida.
La solución está en ellos mismos.
Hasta pronto.
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