sábado, 14 de noviembre de 2020

Entre las declaraciones de Beccacece y la realidad del equipo hay un abismo.

Ya no es un tema de calentura, de bronca.

Es de tristeza y de una verdad que no se puede ocultar.

Evidentemente estamos frente a uno de los peores Racing de los últimos tiempos.

Por su inoperancia, por su falta de jerarquía y por no tener ninguna respuesta, ni futbolística ni anímica.

Es como tirar todo lo bueno de los últimos años por la borda, lo que me lleva a imaginar y si se quiere a especular, que algo está por estallar.

Con este comentario no deseo que pase lo peor, pero yo pienso como un hincha que soy, que lee y escucha especialmente a los periodistas partidarios y que a los 77 años, después de ver a Racing durante toda mi vida, trato de interpretar y contar lo que siento.

Hoy comenzó el partido y a los 3 minutos otra vez sopa.

Tiro libre para el rival, jugada preparada y una a defensa distraída que sale a destiempo.                                                                                                                      

Resultado gol de Arsenal.

Un nuevo golpe para un Racing sin reacción que seguía cometiendo errores y dándole a los 10 minutos una nueva oportunidad a Arsenal para que sume un segundo gol, pero por suerte tapó Arias.  

Racing intentó recomponer su imagen y pudo lograr el empate a través de “Licha” López, aunque la mejor estuvo en la cabeza de Miranda pero el arquero de Arsenal, lo evito con una gran atajada.

Desordenado, sin fe y por lógica sin juego, todo era impulsado por acciones individuales las que no llegaban normalmente a buen término, aunque Fértoli encontró una oportunidad y exigió a Gagliardo, pero nadie para el rebote.

Ese desconcierto lo llevó a sufrir un nuevo gol, cuando en dos toques Arsenal llega al área y Candia convierte, ante la falta total de respuesta de una defensa que al igual que el resto del equipo, se autodestruye partido tras partido.

Racing en tres fechas recibió 8 goles y marcó solo 1

El segundo tiempo con tres cambios (Garré por Montoya, Cáceres por Pillud y Cristaldo por Banegas), que ya no llaman la atención y no importa si están bien o mal, porque son muchos los que merecen salir de un equipo que siguió sin mejorar en todos los aspectos ante un Arsenal que sabía, que podía encontrar una nueva posibilidad en cualquier instante.

Es tal el mal momento, que ni el experimentado Lisandro López concreta situaciones que habitualmente él no desperdicia, un síntoma de la impotencia general que contagia lo negativo y que incluso lo llevaron perder la compostura, que finalmente lo llevó a ser expulsado.

Hubo alguna que otra llegada al arco de Gagliardo, pero queda en claro que este equipo perdió el funcionamiento de todas sus líneas y en cada partido presenta una imagen más deteriorada, que no ofrece ninguna esperanza de futuro, aun jugando un torneo de relleno como este, pero sobre todo imaginándonos cuando le toque enfrentar a Flamengo por la Libertadores.

Nos guste o no, esta nueva y decepcionante presentación, a muchos hinchas nos lleva a pensar si no está pasando algo extraño en el plantel, dado que es increíble la falta de reacción y fragilidad que muestra el equipo,

Entre las declaraciones de Beccacece y la realidad del equipo hay un abismo, pero si realmente no existe dicha situación, que es un reflejo de lo que se ve en la cancha, los jugadores deben entender que este rendimiento, pone en serio riesgo la continuidad del técnico.

Hasta pronto.

 

 


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