Finalmente Sampaoli pareció entender que había
cometido errores en la formación del equipo para el primer partido, por lo que
decidió volver a sus convicciones y confiar en el sistema que lo llevó a,
digamos, su consagración como técnico y que hoy lo puso en práctica frente a
Croacia.
Claro, esto lo llevó a cambiar algunos jugadores, aunque
parece ser que con el desencanto de algunos históricos que tuvieron que dejar
la titularidad, que espero no haya sido la causa que haya llevado a Messi a, no
solo jugar uno de los peores partidos de su carrera, sino además de no aportar en
ningún momento su capacidad y la lógica rebeldía de un jugador que por su
condición de ser el mejor del mundo, debería sacar a relucir para conducir el
equipo a la victoria.
Es cierto que hasta el final del primer tiempo la
cosa era más o menos pareja, pero incluso en ese período ya Messi no se
mostraba como un “líder futbolístico”,
porque no pesaba en el juego y perdía muchas pelotas, inclusive arrastrando un
gesto de cierto bajón anímico, que nunca sabremos o por ahí si más adelante, si
esto era producto de diferencias con la conducción técnica porque algunos de
sus “amigos” habían quedado fuera del equipo.
Obviamente el error imperdonable de Caballero, que
sucede por ser obsecuente con la orden del técnico de jugarla siempre, decretó
no solo el gol de Croacia, sino el derrumbe anímico del equipo, incluido Messi,
quien a medida que avanzaba el partido, fue desapareciendo poco a poco y su
cabeza gacha fue el símbolo de un equipo entregado.
Ya explique lo que pienso de él cuando viene a jugar
para para Argentina, pero la selección tiene otra responsabilidad y a pesar de
esa falla que costo el primer gol, lo que ciertamente le quitó al equipo, la
poca concentración que tenía, me hubiera gustado que hubiera aparecido con toda
su capacidad y convertirse en el abanderado de un plantel que lo necesita como
el aire para respirar, de un grupo jugadores
que ya carecía de la confianza necesaria por no saber a qué jugar.
Pero es posible que su “depresión” futbolística de
hoy haya sido por otras cosas que le molestan, como la ya expresada
disconformidad en la constitución del equipo, a la que como “bonus track” se puede
haber agregado la fuerte discusión entre el técnico y su ayudante de campo ayer
en la práctica y a la vista de todos los jugadores, que cuentan casi se van a
las manos, hecho que no ayuda para nada a la armonía y el fortaleciendo interno
del grupo.
Pero increíblemente, en una selección donde, como
dice la canción "Plástico", se
ven las caras, pero nunca el corazón…y en una concentración donde puede
explotar todo, todavía hay muchas chances de clasificar, como hincha les pido
a los muchachos históricos que aunque no acuerden con Sampaoli
algunas de sus decisiones, si no se logra jugar bien, saquen de adentro de cada
uno ese amor propio, esa rebeldía que los haga justificar su inclusión en el
plantel de la Selección Nacional Argentina.
Hasta pronto.
Muy buena reseña. Un fiel reflejo de lo que aconteció.
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