El
primer tiempo de Racing, con el gran gol de Lautaro Martínez a los cuatro
minutos, pareció comenzar como para
decir “que pase el que sigue”, pero no
fue tan así, ya que increíblemente se fue convirtiendo en un equipo impreciso
en los pases, lo que le permitió a Vélez tomar confianza y crecer a tal punto
que pudo tranquilamente empatar el partido.
Y
llamativamente los que más fallaron en los pases fueron los que hasta ahora
marcaban el ritmo del partido y venían haciéndolo en un nivel importante,
llámese Domínguez y Cardozo, cuando ellos no funcionan el equipo pierde de
alguna manera el rumbo y la pelota comienza a estar más por el aire que por el
piso, para terminar dependiendo más de las acciones individuales.
Esto es
algo que no le gusta a Coudet, pero es lo que pasó en esta primera parte, donde
entre otras cosas hubo un claro penal de De la Fuente a Lautaro, que el línea y
el árbitro dejaron pasar, pero también reconocer que si hoy no fuera por Musso,
de excelente tarea en esa primera mitad, podrían haber finalizado empatado los
primeros cuarenta y cinco.
Racing no
pudo ser el equipo que todos veníamos viendo en los últimos encuentros, porque
este equipo de Coudet también es intenso y como Vélez es dinámico también, se
produjo un choque de intenciones, que sobre todo a la Academia, le hizo perder la paciencia para darle
sentido a la circulación de pelota, lo que motivó que no pueda distribuirla de
buena forma.
Pero al
comenzar el segundo tiempo, pareció que Racing se iba adueñando del partido, se
lo veía más seguro y eso lo hizo frecuentar más y mejor el área velezana creándole en menos de diez
minutos situaciones que podrían haber ampliado la ventaja, como la de Martínez que
remata cruzado y la de Centurión que le cometen penal, pero que Loustau vuelve
a ignorar.
El medio
campo de Racing no estaba recuperando bien y entonces entra Solari por Zaracho,
y cuando menos lo esperaba, Vélez llega al
empate, cuando Mauro Zárate en una pelota cruzada, le gana a Donatti y
convierte de cabeza.
A partir
de allí, el partido se hizo más abierto y mientras Vélez mostraba un mejor
juego, comenzaron a crecer Centurión, que lo volvió a tener otra posibilidad, pero
Rigamonti le tapa el remate y a los veinte minutos el árbitro a volver a ser
protagonista del partido, porque expulsa bien al “Licha”, que reacciona de una
manera muy extraña en él, a pesar de ser un jugador con mucho carácter y mal a
De
La Fuente, que por esa jugada no lo merecía (si por la patada sin pelota, a Lautaro)
Con diez
jugadores, los dos equipos siguieron buscando el triunfo, uno para proseguir
con la gran racha triunfante y el otro por la angustiante necesidad de puntos,
para tratar de no descender.
ero la
diferencia es que el “Chacho” siguió fiel a su idea, cuando reemplaza a Domínguez
lesionado por Cuadra, lo que dejaba en evidencia que no renunciaba de ninguna
manera a su sentimiento ofensivo y a los 28 minutos Racing recupera una pelota
sobre la derecha, la recibe Solari que envía un centro para que Centurión que
venía entrando de izquierda a derecha, de cabeza concreta el gol del triunfo,
mientras que sorpresivamente y para bien de la Academia, Heinze reemplazaba a
Zárate por Bazán.
Hubo una
nueva y buena intervención de Musso ante Bazán, como consecuencia de alguna distracción
en defensa y posteriormente otra gran acción desviando un tiro libre al córner,
después fue más show de Patricio Loustau que del partido en sí, por expulsar a
Cufré por un roce en la marca y a Sigali por un choque en una infracción,
aduciendo pisotón, lo que dejó a los dos equipos con nueve.
Fue un partido duro, como lo marca la historia en los enfrentamientos con Vélez, donde hubo desaciertos y una gran cantidad de pases errados, pero lo más destacado fue que después de muchas dudas, pudimos ver como Musso levantó vuelo y con su sobresaliente actuación, le hizo ganar el encuentro a Racing, además de indicarnos que podemos estar tranquilos, porque el equipo cuenta con un gran arquero.
Racing esta
vez no tuvo juego, pero tuvo carácter, reflejado en Lautaro, que re-golpeado, quiso quedarse en cancha, cuando tranquilamente
podría haber cuidado su físico y en la disposición de todos para una entrega
total ante las dificultades que fue presentando el partido, sumado al desgaste
físico y emocional que arrastraba del partido ante Cruzeiro jugado cinco días
atrás.
Hasta
pronto
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