Esperaba que después del partido que se le ganó a River, el
equipo se sintiera más seguro y más confiado para enfrentar a Rosario Central
en Arroyito, pero desde el inicio el equipo rosarino comenzó a desnudar a este
Racing que mostró una de las peores caras de este torneo.
Racing era un equipo totalmente impreciso donde el único que
se tenía confianza para dominar la
pelota -aún no usándola como corresponde- era Gómez, después lamentablemente a
todos les rebotaba o la perdían rápidamente en los pocos pases que se
intentaban, mientras Central lo superaba con pelota al pie, desborde y
velocidad, lo que anticipó la llegada del gol a través de Castillejos que con
un cabezazo sorprende a Saja.
Racing parecía detenido en el tiempo, porque era alarmante
la lentitud que presentó en todas sus líneas, a lo que se sumó una llamativa
falta de rebeldía.
Así se veía Racing en la cancha de Rosario.
Ni
rápido, ni furioso.
Era como que la cabeza de los jugadores estaba en otra
dimensión.
Quizás sobre los minutos finales del primer tiempo, Central
abandonó la presión y le permitió tomar aire a Racing quien sufrió menos,
aunque nunca molestó a Caranta.
El segundo tiempo Merlo sorprende con Ibáñez por De Paul,
-un cambio que no entendí salvo que estuviera lesionado- quien no tuvo un buen
partido, pero sus otros compañeros tampoco lo habían hecho bien .
Pero para “Mostaza”todo debe seguir igual, bien atrás, quizás
con la idea de que no le conviertan más goles y esperando un error de los
rosarinos para poder igualar, porque la diferencia solo era de un tanto.
Era realmente malo, diría mejor muy malo lo de Racing para
tener esa esperanza de igualar, porque no se hilvanaba una sola jugada y
Caranta era un espectador más.
El equipo no mostraba esa actitud de otros encuentros y la
expulsión de Aued complicó aún más a Racing, porque Central acentuó su dominio en
todo el campo, aunque no inquietaba mucho a Saja.
Merlo envía a la cancha a Di Nenno por Vietto y más tarde a
Hauche por Viola.
Minutos después Saja tuvo una acertada protesta cuando
Donatti patea una vez que le habían sancionado la posición adelantada.
Resultado, expulsado por doble amarilla y otra vez iguales en cantidad de jugadores, esperando que en esos minutos finales Racing fuera por el empate, pero no, todo seguía igual y parecía
que el triste final era inevitable.
A los cuarenta minutos Cahais envía un centro que
sorprende a los centrales y Hauche atropellando se lleva la pelota por delante
convirtiendo el gol de la igualdad.
¿Milagro? Súper Milagro! Todos atrás para aguantar y los
hinchas con los ojos bien cerrados, porque en una jugada en tiempo de descuento
un cabezazo pega en el palo del arco de Saja, rebota en las piernas de Ortiz y
recorre la línea perdiéndose por el otro poste.
Dos milagros en pocos minutos suenan a mucho, pero parece que
este “Mostaza” todo lo puede, aún en un pésimo partido del equipo en general,
donde se podrían rescatar como los más correctos dentro de ese panorama, a
Gómez y a Saveljich.
Seguramente a Merlo le caería bien aquella famosa frase “Estamos mal, pero
vamos bien” utilizada por el
ex-presidente Menem.
Porque en una actuación para llorar, terminamos riendo y
“Mostaza” sigue sumando puntos, para bien de él y para bien de Racing que hoy
llegó a los trece.
Suerte, aureola, cuernitos o remera azul, la cuestión es
que hoy estamos con puntos que ni soñábamos hace un mes atrás, cuando muchos
seguramente pensábamos que no llegábamos ni a seis.
Pero hay mucho que mejorar.
Esto puede hacernos esbozar una momentánea y nerviosa
sonrisa, pero no nos quita la preocupación sobre lo que viene.
Sabemos que así va a ser muy difícil pelear el próximo
torneo.
Hasta pronto.
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