lunes, 19 de septiembre de 2011

Cambios inesperados.







A partir del temprano cambio de Gío Moreno en el segundo tiempo y después de Toranzo, cambió Racing, cambió el partido y cambió el fútbol.





Cuando ingresaron Luguercio -que por su poca participación en los partidos sigue en baja y Viola que lamentablemente no aporta nada, Racing se quedó sin talento y se llenó de esfuerzo y desorden, entrando en la confusión que le permitió a Unión llegar al empate.



Después de la expulsión de Barrales, tuvo la pelota pero sin saber que hacer con ella.




Yo creo que el fútbol puede estar lleno de buenas intenciones pero hay que tener los jugadores adecuados para cumplir con ellas en buena forma.Así y todo hay algo que sorprende en los últimos partidos.




Hasta que no convierte el equipo juega mejor que su rival, pero apenas hace un gol es como que retrocede demasiado, quizás con la idea -que alguna vez el técnico comunicó- de darle la pelota al rival para que se descontrole en su afán de atacar y se abra en defensa, para después ver de meter alguna contra.




Pero si es así, no está saliendo muy bien que digamos.




Estamos diríamos, muy bien atrás, pero llegamos poco y convertimos menos. Quizás perderemos menos partidos, pero también ganaremos menos. Y los empates existen sólo en los números. Anímicamente los partidos empatados siempre tienen un ganador y un perdedor.



Y hoy el equipo debe sentir que perdió el partido.



Por eso me sorprendieron estos cambios inesperados.



¿Habrá habido dolencias o cansancio físico o la idea era poner rapiditos arriba para sorprender a Unión cuando se viniera a buscar el empate? Porque realmente hay mucha diferencia entre los que salieron y los que entraron.



Lástima lo de Castro, esperando que no sea grave, porque ese chico del alguna manera compensaba la falta de delanteros con capacidad – lo demostró en el pique en diagonal para buscar el perfecto pase de Gío Moreno, donde por poco marca el gol.



Como ya dije, a mi gusto el equipo muestra puntos altos como los dos volantes de contención y la línea de fondo – aún con algunos pequeños errores que son lógicos en un partido-, pero seguimos huérfanos adelante.



Ahora no estamos lejos, pero perdimos una gran ocasión de seguir cerca del primero soñando con alcanzar la cima del campeonato. Era una buena oportunidad ante un equipo muy luchador pero con pocas luces, aunque a Racing en el segundo tiempo se le apagaron los focos más importantes.




Hasta pronto.





























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