sábado, 23 de octubre de 2010

¡GIO MIO! 

Paz, alegría, seguridad. Eso muestra su andar y su gesto.

Mientras todos sufren, él se divierte.

Gio en cada partido muestra su clase y en general hace todo bien. Se nota que está teniendo adaptación al juego en Argentina y aunque se la entregan cuadrada, siempre la devuelve redonda. Y el gol, ¡una joyita! Toda su figura genera la tranquilidad que necesita este equipo para ir encontrando una mejor y más solida imagen.

Racing además, hoy tuvo actitud y otros puntos altos además de Gio, como por ejemplo Aveldaño y Yacob. Bien Martinez ( con alguna distracción después de la herida ) y Cahais. Cáceres cumplió pero cuando va al ataque está haciendo una de más y las pierde permitiendo que lleguen los contragolpes. Un buen partido de Toranzo. El intenso trajinar de Fernandez. Y adelante el empuje y el prodigarse de Hauche y Bieler ( no puedo creer lo que hizo en el primer tiempo solo frente a Carrizo, a quien ni siquiera mira. En otra del segundo tiempo, el palo le negó el gol.) Bien el flaco De Olivera, pero en general lo que se vio fue un equipo que dijo presente con esa entrega y esa postura que no debe abandonar nunca. Hacía mucho que no veía a Racing jugar en el Monumental con la firmeza que lo hizo hoy. Lástima la distracción en el gol de River , porque creo que podíamos haber ganado.

Evidentemente Gio sufrió físicamente el inconveniente gastrointestinal que tuvo en la semana ( cualquiera que lo haya sufrido sabe que desgasta muchísimo). El esfuerzo que hizo en el primer tiempo, incluso recuperando pelotas en el medio campo y rechazando en nuestra área en los tiros de esquina, le quitó piernas para el segundo.

Pero este jugador alimenta la ilusión de ver un mejor Racing, y aunque el equipo se vuelva Gio dependiente, que suerte que podemos tenerlo para disfrutar de su talento y

de ese estilo de jugador que tanto añorábamos.

Si dan ganas de gritar ¡GIO MÍO! Que jugador tenemos.

Hasta pronto.

lunes, 18 de octubre de 2010

Más que un triunfo, fue un desahogo.

Eso me pareció este partido exactamente.

Con un primer tiempo que mostraba un Racing inexpresivo, con el natural nerviosismo que dejó el mal trago del clásico. Porque como decía la semana pasada, normalmente el clásico se convierte en un encuentro de quiebre, que impulsa al ganador y bloquea al perdedor. Pero se dio al revés. Perdieron los vecinos, mientras Racing logró ganar.

De cualquier manera debemos mejorar mucho para aspirar a posicionarnos en los primeros puestos, y preocupa el poco juego que exhibe el equipo.

Racing metódicamente sale en cada partido a ver que hace el rival y creo que si anhela pelear arriba hay que presionar mucho más y tener la iniciativa, sobre todo jugando de local.

De los pies de los defensores salen simplemente pelotazos a cualquier lado para que se las arreglen los de arriba (Obviamente que si se sienten inseguros es mejor eso a que salgan tratando de gambetear) y además hoy con la gravedad –sobre todo en el primer tiempo donde cada pelota que cruzaba el área se convertía en una jugada de peligro a favor de Argentinos. En el medio no marcamos como corresponde. A mi modesto entender no se puede dejar jugar a Ortigoza y Mercier libremente. Es preferible que la pelota pase por otros jugadores del rival. Pero esto no sucedía y el descontrol de Racing se acentuaba, mucho más a partir del gol de los bichitos. Arriba comenzó bien Giovanni y se fue diluyendo, mientras Hauche y Bieler esperaban alguna pelota punzante a ras del piso, algo imposible después de los primeros quince minutos.

Por suerte en el segundo tiempo el equipo se recuperó anímicamente y disputó más esa media cancha. Creció Toranzo y también Giovanni, mucho más después del golazo de tiro libre. El partido se abrió, eso mostró a un Argentinos más desarmado y dejando más espacios, mientras Racing contagiado por su hinchada fue a buscar el triunfo que se consiguió a través de una buena jugada donde Bieler la deja pasar para Moreno quien define como los dioses.

Evidentemente Giovanni Moreno aporta esa cuota de calidad y tranquilidad que necesita todo equipo y queda demostrado que este Racing necesita mucho de él.

Pero este partido era especial, fundamentalmente por la caída anímica que había sufrido el plantel siete días atrás, y había que romper con la historia de que perdiendo el clásico el equipo seguía acumulando derrotas, sobre todo porque ahora llega River y de visitante.

Por eso más que un triunfo, fue un desahogo que nos permite ir al Monumental con otra mentalidad, sabiendo que podemos ganar, confiando en uno mismo y jurarse “yo puedo”, para romper con esa idea de que “nos ganan con la camiseta”

Deben entender que si esta hinchada nunca se entrega, un jugador de Racing nunca se rinde.

Hasta pronto.

lunes, 11 de octubre de 2010

El mismo cuento, la misma triste historia y el mismo final.

Es así amigos de Racing. Por las circunstancias que sean y a pesar de las justificaciones que se esgriman lo que ví fue una vieja y repetida historia. Y no fue un ““Déjà vu” (esa sensación de haberlo vivido en el pasado), fue una realidad tan palpable que ya se nos presenta como un peligroso hábito. Ese acostumbramiento a no poder superar este enfrentamiento aún ante una de las más pálidas expresiones de Independiente de los últimos años. Algo debe tener que cambiar. Ya no importa tanto si estaba Giovanni o no. Aquí hay algo mucho más fuerte que juega un partido aparte en el plantel. Es algo que va más allá de una táctica, de buenos o malos jugadores o de un mejor o peor estado físico.

Racing debe entregarse a un análisis mucho más profundo y encontrar los motivos que lo está llevando desde hace muchos años a la triste realidad de que cuerpo técnico y jugadores, parecen haber perdido lo más importante que todo ser humano debe tener a la hora de enfrentarse a situaciones comprometidas, y es la fe, esa convicción de “yo puedo”. Esa determinación que hace que el equipo y los hinchas se sientan casi imbatibles.

Esa comunión que si se dio por ejemplo en 1966, con aquel equipo de José, donde ibamos a verlo, seguros de que ganaba, sensación que por lo menos desde el 2001 no sentimos más.

Cada vez que vemos a Racing nos sentimos vacilantes, con una desagradable sensación de inseguridad que no nos permite disfrutar de un triunfo aún cuando llevamos dos o tres goles de ventaja.

Sigue sin aparecer el juego y la solidez de un equipo que sabe lo que quiere, aún admitiendo que tuvo sus oportunidades y se encontró con un arquero que tuvo una muy buena tarea, pero también aceptando que nuestros jugadores se la facilitaron por no tener la capacidad y/o tranquilidad necesaria para definir con más certeza que fuerza, colocando mejor la pelota y sin tener que romperle el pecho al arquero. Como decía en la nota anterior, este partido siempre fue de quiebre y aquí se desmoronó algo más que el estado anímico para el resto del torneo y es la caída de ese porcentaje de confianza que había comenzado a ganarse este equipo de parte de su hinchada, esa que con su respaldo deja el alma en cada encuentro.

Todo se nos hace inalcanzable, lejano y lo único que nos conquista es el descreimiento y el desencanto de tanto leer siempre el mismo cuento, la misma triste historia y el mismo final.

Hasta pronto

pascual1443@gmail.com

domingo, 3 de octubre de 2010

Lo de Racing no fue un “globo”.

Esta vez Racing mostró algunas cosas interesantes, sobre todo a partir del primer gol donde realizó un muy buen juego en el resto de ese primer tiempo, con algunos jugadores que parecen haber recuperado la confianza y con la fina distinción que muestra Giovanni Moreno cuando juega la pelota mostrando en la mayoría de sus pases una notable precisión o realizando un gesto técnico de lujo para el regocijo de todos nosotros como en la jugada del último gol.

Lamentablemente no podrá estar en el clásico, algo que Racing sentirá ya que pierde paz y suma vértigo a lo que salvo Toranzo –y en un porcentaje muy inferior- podría darle esa pausa que necesita todo equipo para finalizar la jugada de mejor manera.

Huracán no es la justa medida pero sirvió para que jugadores como Hauche – de muy buen partido – se haya vuelto a encontrar con el gol y con un juego más cercano al que lo proyectó como figura en su anterior club. Sus movimientos fueron distintos a los que venía realizando y se lo vio más punzante y más metido en el área. Toranzo también mostró – sobre todo en ese primer tiempo –un juego más atildado y más seguro, además de estar más comprometido con el partido, donde tuvo la asistencia de los dos primeros goles y buenos encuentros con Giovanni Moreno. Luguercio como siempre con su entrega a flor de piel y con movimientos que provocan espacios para que puedan aparecer sus compañeros. De cualquier manera pienso que Bieler debería tener un lugar en el equipo, por lo que espero puedan limarse esas asperezas que existen entre el técnico y el jugador, para que cuando le toque volver lo haga con la entrega y compromiso que exige la camiseta de Racing. En el medio campo Yacob volvió a reiterar su buen momento y para destacar de sobremanera el trabajo de Jose Luis Fernández, quien realmente realizó un fantástico trabajo tanto en la marca como en ataque, coronando su actuación con un golazo como cierre de una excelente jugada.

La defensa no tuvo muchos problemas y los reemplazos cumplieron una buena tarea, en un segundo tiempo donde Racing buscó que Huracán se desarme atacando para contragolpearlo y definir el partido.

Racing hizo tres goles y podía haber convertido unos cuantos más, pero lo más auspiciante –por lo menos para mí- fue encontrar en gran parte del encuentro algo del juego que todos anhelamos.

Por eso pienso que lo de Racing no fue un “globo”.

Fue algo más concreto, algo más real y que parece, se está consolidando de a poco.

El próximo fin de semana es el momento, porque el clásico fue y será siempre un partido de quiebre. Para bien o para mal.

Ojalá podamos festejar a lo Racing.

Hasta pronto.

pascual1443@gmail.com