Cuidado con la cabeza.
Todos sabíamos que este era un partido especial.
Para mí siempre es “bisagra”, y por eso era muy importante, sobre todo por la situación en que se encuentra el equipo en el promedio.
A priori siempre hay esperanzas, pero el andar es lo que nos sumerge en un mar de dudas.
Hay ciertas cosas que uno puede observar -siempre desde el lugar del hincha- que realmente me preocupan.
En el primer tiempo, salvo en los primeros 5 minutos, donde hubo una pelota en el travesaño, Racing solo se dedicó a correr buscando cortar el circuito de juego del rival, cosa que no pudo llevar a cabo ya que Piatti jugaba a “piaccere” a espaldas de nuestros volantes.
Es cierto que no fue apabullante el dominio, pero también es real que se veía venir el gol de ellos en cualquier momento.
Algo que obviamente no sucedía con Racing, donde Luguercio y Hauche (este último de muy mal partido) se dedicaron a correr a los defensores sin aportar nada importante.
Racing mostraba distracciones ( Hubo un lateral que recibe Piatti sobre la línea de fondo, nadie lo toma – no se que miran lo jugadores- y de su centro se pierde el gol Silvera.
Racing dejaba muchos espacios y flaqueaba sobre su lateral derecho. ¿Es cierto que Mercado vomitó en los primeros minutos del encuentro porque ya venía con un problema del día anterior?
Las pocas veces que recuperábamos la pelota se proponían intentos muy tibios que nunca llegaban a concretarse en jugadas de riesgo para el rival.
Hay mucha indecisión para pasar al ataque y esto marca una falta total de confianza y también de saber que movimientos realizar.
Un ejemplo claro es Lluy, un jugador que asomó con gran expectativa sobre su futuro pero que últimamente viene insinuando más que concretando las jugadas. Incluso en el penal – que podemos interpretar de distintas maneras- fue inocente ya que es una pelota para cabecear al corner o acompañar al delantero para que la pierda, ya que estaba contra la línea de fondo.
El segundo tiempo era lógico que había que cambiar.
Perdíamos y había que buscar. Hauche redondeó la tarde con su expulsión, pero creo que Russo debió de reemplazarlo al final del primer tiempo por Bieler, que debe ser titular sin dudas. Sus movimientos ofensivos son los mejores de los delanteros con los que Racing hoy cuenta y además pisa el área.
Racing con 10 hombres, mejoró y logró acercarse más al arco de Independiente, convirtiendo a su arquero en figura, pero lamentablemente no pudimos empatar.
Merecíamos o no el empate?
Creo que sí, pero Racing genera y aporta muy poco para ganar.
Para mí el mal de Racing no está en los pies, está en la cabeza.
Racing por momentos se muestra como ido, como entregado, como aceptando que no tiene salida y esto es lo que hay que cambiar.
"Como diríamos en el barrio, como no vamos a poder si somos 11 contra 11.
Nadie es más que nosotros."
Pero acá es donde un hombre con la experiencia de Russo debe aparecer en escena.
Es su gran cuota parte del trabajo. Hacerles recuperar la fe. La actitud. La fortaleza anínica.
Es como el enfermo que necesita recibir del médico, las palabras que puedan convencerlo de que va a salir adelante y que en 72 hs. habrá un nuevo estudio, que le hará ver que se puede
salir de esta situación.
Gregorio Marañon, gran médico y científico dijo “No hay enfermedades, sino enfermos”.
Por eso, cuidado con la cabeza.
Hasta pronto.
pascual1443@gmail.com.
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