Como viene haciéndolo últimamente en el torneo
interno Racing dejó muchas dudas respecto a su rendimiento, pero un triunfo
siempre ayuda, sobre todo a cuatro días de jugar ante Corinthians en Brasil.
Tuve la sensación de ver un extraño Racing, sobre
todo porque frente a un equipo que no tiene un buen presente, se mostró más a
la expectativa que al deseo de adueñarse de partido.
Racing dependía mucho de la claridad de Almendra (a
mi gusto el mejor) porque al resto se lo veía impreciso, pero la suerte también
juega y Racing encuentra un penal que podía darle tranquilidad, pero el remate débil
de un “Maravilla” necesitado le permite a Bologna atajar el mismo, para su desilusión
y para la bronca de todos.
No era un partido entretenido hasta que en un tiro
libre que ejecuta Vietto, la pelota rebota en la barrera y le llega a Martirena
fuera del área quien (como parece ser su costumbre) mete un derechazo que se
clava junto al palo izquierdo consiguiendo abrir el marcador.
Con el golazo de este jugador tan controvertido para
todos nosotros, el partido salió de ese cierto adormecimiento, porque si bien fue
un aliciente para Racing, también fue una alarma que despertó a Defensa, que en
pocos minutos y través de Molinas tuvo un par de oportunidades, a la que Arias
respondió de gran forma en una de ellas, a todo ello Racing seguía dependiendo de
algún contragolpe y en uno de ellos Solari recibe de Martirena y envía un
centro preciso para Adrián Martínez, quien de cabeza la clava en el ángulo
dejando parado a Bologna, conquistando el gol que tanto buscaba.
Pero lo que se lograba adelante se sufría atrás y Arias
volvía a salvar a Racing al desviar al córner un cabezazo a quemarropa de Miritello,
sin embargo en la réplica de ese tiro de esquina, nace la jugada del tercer gol
que llega a través de un muy buen pase de Martirena para un Martínez liberado emocionalmente
en el área, quien anticipando a su marcador la cruza al segundo palo, un resultado
que parecía indicar que el partido estaba definido.
Pero aún ganando tres a cero volvimos a ver un Racing
que de a poco fue entrando en una relajación física y mental (sobre todo a pocos
días de jugar ante Corinthians) que alimentó las fuerzas de un rival, mientras
la Academia solo apelaba a alguna pelota larga con el agravante de que cuando tenía alguna chance no la terminaba
bien, como la de “Maravilla” que decidió mal cuando había otras opciones.
Costas busca solucionar el haber perdido la pelota reemplazando
a Vietto y Almendra con Baltazar Rodríguez
y Quintero, pero lamentablemente ninguno de los dos respondieron porque Baltazar fue de mal en peor y JuanFer casi no
toco la tocó en los treinta minutos que jugó, por lo que el problema se fue agravando.
Racing defendía mal y prácticamente no atacaba,
mientras Defensa iba creciendo y a los veinte minutos se lo pierde Osorio, pero
minutos más tarde Rubio (nuestro ex) pasa como pancho por su casa entre Mura y un
“desganado” Baltazar, habilita a Ramírez, quien supera a Colombo y con un buen
remate consigue el descuento, el tanto que anticipaba otro segundo tiempo angustiante,
sobre todo después de ver como Martirena le comete penal a Ramirez, que Osorio concreta
para poner a Defensa a un gol.
Faltaban 15 minutos, el desorden se había adueñado del
equipo y no había señales de reacción, porque lo que Salas entra por
“Maravilla” y Sigali por Colombo lesionado, lo que significaba que Racing se
quedaba sin más cambios y con un delantero que venía teniendo un muy flojo presente
ante un Defensa y Justicia que se jugaba todo y cuando parecía que se venía la
noche, Zuculini recibe de Baltazar y la
mete de primera larga larga para Salas, quien sorprendió con su pique, gambeteó
al arquero y terminó metiéndola junto al primer palo, superando el tardío
rechazo del defensor Ramos Mingo.
El cuarto gol que nos mostró un Salas parecido al
del primer semestre, hizo que a todos nos volviera el alma al cuerpo, aunque este
Racing ya nos tiene acostumbrados a verlo con los nervios nerviosos y si
faltaba algo para confirmarlo fue el gol de Defensa en tiempo de descuento,
pero finalmente la victoria se logró y esos tres puntos además de ser un
aliciente anímico, lo posicionan mejor en las tablas, especialmente en la
anual.
En el torneo local Racing
siempre nos invita a sufrir, pero en la Copa Sudamericana hasta ahora ha sabido
responder a las exigencias, por eso hay que tener fe para el partido en Brasil,
sabiendo que en el Cilindro con el apoyo de los hinchas, puede lograr el
ansiado pase a la final.
Vamos jugadores, pongan lo que hay que poner. No nos
fallen.
Vamos Racing carajo!
Hasta pronto.