Racing con un buen segundo tiempo justifico el triunfo que le permite convertirse en el único líder de la zona B de la Copa de la Liga.
Antes de entrar en lo que me pareció el encuentro,
me quiero referir al tema de los insultos al final del mismo y si bien no me
parecen justas las recriminaciones hacia jugadores, técnico o directivos, como
bien reza la frase “El corazón tiene razones que la razón ignora” y la pasión por
el futbol tiene que ver con el corazón, por eso a veces la gente se transforma
en una cancha de futbol y de acuerdo a lo que suceda en el partido festeja y canta
o se enoja y grita hasta el insulto, expresiones que al fin y al cabo manifiestan
sentimientos ante lo que más amamos.
Yo a mis 80 años sigo siendo hincha y amando a
Racing como el primer día y en este modesto blog desde el 2009, donde como un
ejercicio mental busco expresar en palabras lo que siento al ver cada partido, siempre
he tratado de ser cauto en los elogios y
respetuoso en las críticas.
Bueno, ahora vamos al partido ante Newell’s y lo
primero que digo es que en ese primer tiempo me pareció ver el juego de los
errores, quizás porque la lluvia magnificó la imprecisión y aceleró la
velocidad de la pelota, ya que no solo se hacía difícil controlarla, sino
también realizar un pase correcto.
Gago apeló nuevamente a Colombo, Sigali y Piovi para
la línea de tres en el fondo, ahora con Martirena como lateral por derecha y Rojas
por la izquierda, opciones para Nardoni
y Gómez que desde el medio respaldaban a un Juanfer Quintero, que errático e
impreciso nunca pudo asisitir bien a Hauche y fundamentalmente a Roger, por lo
que el desencuentro hizo que todo quede en solo en buenas intenciones.
Así y todo hubo posibilidades para los dos equipos, como
la que Roger presionando al último hombre de Newell’s se hace de la pelota y
queda mano a mano con Hoyos, donde quizás
podría haber definido, pero eligió eludirlo y lanzar un centro atrás que no
llegó a destino y también como la que minutos después tuvo el equipo rosarino cuando
Ferreira remata desde la puerta del área, pero Arias respondió en gran forma.
El partido en esa primera parte fue muy intenso por
parte de Newells que buscó con su presión sorprender a Racing y ese desgaste
físico pareció sentirlo en la segunda etapa, al mismo tiempo que la Academia iba
creciendo en su juego a través de jugadores que a mi modesto entender, no habían
tenido un rendimiento como Jonathan Gómez, que cambió su enredo y confusión del
primer tiempo por un tocar más rápido y estar más certero en los pases, para
después buscar sorprender en el área al igual que Nardoni, que a los ocho
minutos casi convierte aprovechando un error de Hoyos, mientras que el equipo
rosarino solo parecía buscar en una pelota larga un error del fondo académico,
como pasó minutos después lo tuvo Portillo con un remate que Arias desvía al córner.
A los veinte minutos Gago hace un cambio inesperado,
no por quien sale porque en realidad el “Demonio” Hauche no había rendido, sino
por quien lo reemplaza otras opciones en el banco elige a un “sorprendido” Romero.
Racing iba con todo a buscar el tan necesitado
triunfo para liderar la zona y Martirena, aún con errores, era una tromba por
la derecha, mientras Rojas con sus diagonales al centro del área también
complicaba por la izquierda, pero faltaba el ultimo toque y a los 26 minutos,
Piovi adelantado anticipa en campo contrario, la pelota va a Roger que asiste
muy bien a Quintero sobre la izquierda del área y este con claridad y sin
desesperación la ubica para Gómez por el centro quien de derecha concreta el
gol que ponía en ventaja a Racing.
Un par de minutos más tarde, Gago reemplaza a un Quintero
bastante cansado por Almendra, mientras Heinze enviaba a la cancha a más
delanteros buscando llevar peligro con lanzamientos largos y en uno de esos
intentos Jonathan Gómez con gran esfuerzo rescata una pelota sobre la derecha y
comienza una escalada en la que termina asistiendo a Roger quien con gran
precisión asiste a Rojas en el área, pero su remate es tapado por Hoyos perdiendo
Racing una nueva oportunidad.
Sobre la hora del segundo tiempo Sigali lesionado le
deja su lugar a Nicolás Kozlovsky y Roger Martínez a Baltazar Rodríguez, para
jugar los minutos de descuento en el que nada hacía presagiar lo que iba a
suceder, que iba a modificar los ánimos de los hinchas de los dos equipos,
esencialmente a los de Racing poruqe nos llevó a transitar en pocos minutos
sensaciones de todo tipo.
Sobre los dos minutos de descuento una lanzamiento
largo desde la mitad de cancha a la puerta del área académica lo van a buscar
Colombo y May, al mismo tiempo que Arias, quizás llevado por la responsabilidad de asegurar el triunfo también
va a su encuentro, cuando no había necesidad con la desgracia de que nunca
llega a la pelota que finalmente cabecea el delantero rosarino y va camino al
arco, sin poder ser rechazada por Kozlovsky,
logrando un empate que no solo no merecía, sino que golpeaba fuertemente el
corazón de los racinguistas y de un equipo que veía la tristeza y el
desconsuelo del arquero académico.
Como se salía de esto, nadie lo pensaba, porque el
empate se sentía como una derrota y faltaba nada, minuto, minuto y medio, cuando
un rechazo de la defensa de Newell’s la recibe Colombo, quien envía un pase
rasante para Almendra y cuando seguramente muchos, entre los que me incluyo, en
alguna situación similar más de una vez habremos gritado “ponela en el área que
termina”, con increíble frialdad gira y “tres dedos” le pone un pase
extraordinario a Martirena, quien con entrega y convicción venía haciendo un surco
por la derecha como si recién hubiera comenzado el partido y al recibir en el
la adelanta y saca un gran remate que se mete entre Hoyos y el primer palo,
concretando el tanto del triunfo con el gol
que nos devolvió la vida a todos los racinguistas.
Una victoria esperanzadora que por sobre todas las
cosas debe ser muy bien aprovechada por el cuerpo técnico y el plantel, como
base anímica para convencerse de que se puede ser campeón.
Hasta pronto.