Frente a un Atlético Nacional que hacía todo mal, Racing cometió errores de equipo amateur y terminó recibiendo una goleada que lo pone al borde del abismo en la Libertadores.
Gago fue a jugar a Colombia con un esquema que había abandonado por no obtener los resultados deseados (4,3,3), lo que indicaba que iba a ser muy ofensivo y si bien su tenencia de pelota le permitió dominar casi todo el primer tiempo, casi nunca llevó peligro al arco del equipo de un rival que solo esperaba contar con alguna contra.
En ese juego de pases sin profundidad, la falta de intensidad y claridad en la ofensiva lo fue llevando a perder concentración y la pelota parada volvió a ser para Gago “una piedra en su zapato” cuando en ese tiro libre Piovi la termina peinando y habilitando a Zapata, que abre el marcador.
Sorpresa relativa, porque si bien Racing tenía la
pelota y dominaba, había jugadores que parecían estar con la cabeza en otro
lado, como por ejemplo Mura y Moreno que no daban un pase certero y a eso hubo
que sumarle que Nardoni debió abandonar el campo por lesión y Gago lo reemplaza
con Ojeda, pasando Oroz a la función de volante.
La salida de Nardoni implicaba tener en el medio
campo menos dinámica y más fragilidad para el segundo tiempo, pero Gago siguió
empecinado en sostener el sistema inicial en lugar de recurrir a la línea de
cinco en el fondo que venía utilizando en los últimos partidos con bastante
buenos resultados y entonces implementa un solo cambio, Martirena por Mura.
Racing pareció reaccionar con el atrevimiento de Ojeda
y la movilidad de Hauche, pero tenía en Romero un jugador que no influía en
ninguna jugada, así y todo logró un par de tiros de esquina, pero eso no
alcanzaba para llevar peligro al arco defendido por el arquero Castillo.
Desordenado por su afán de ir a buscar el empate, iba
dejando espacios para la contra, que Atlético encuentra cuando al ganarle una
pelota a Martirena sale rápido con Moreno quien superando a Piovi envía un
centro rasante al área para que Duque, arrancando detrás de Sigali lo supere en
velocidad y concrete el segundo gol (Al mirar nuevamente el primer gol veo que
cuando Piovi peina la pelota, Sigali corre hacia el arco y se toca la pierna
como sintiendo una molestia, lo que me lleva a pensar que quizás no llega a cortar
el centro en el segundo gol por ese inconveniente)
El equipo no encontraba la forma de generar jugadas
de gol y Gago decide reemplazar a Gómez por Roger Martínez, aportando un
delantero más pero quitándole un volante a un medio campo que ya seguía desarmándose,
algo peligroso si no se conseguía algún gol pronto.
Pero Racing estaba fuera de sí, distraído, en otra
sintonía y entre Tagliamonte y Sigali provocan un “blooper” que casi le cuesta
otro gol si no fuera porque el arquero llegó a desviarla al córner…pero la Ley
de Murphy dice “Si algo puede fallar, fallará” y la defensa se encargó de
cumplirla cuando en ese tiro de esquina (otra pelota parada) Atlético Nacional de
cabeza logra el tercer tanto.
Avergonzaba lo que estaba sucediendo, porque el
resultado ratifica el fracaso del sistema defensivo en este Racing de Gago, con
el agravante de que además de ser goleado un gran porcentaje de esos goles llegaron
por no defender bien en las ejecuciones con pelota parada.
A mi gusto muy tarde, Gago envía a la cancha a Baltazar
Rodríguez por Romero que, con todo respeto, sigue siendo un jugador que no arma
juego ni aporta ofensivamente, por lo que no entiendo de que juega, mientras Roger
a través de su jerarquía y la osadía del chico Ojeda fueron despertando a un Racing
que tuvo un par de situaciones de gol y con una actitud que no supo tener antes,
encontró dos tiros penales que Piovi convirtió en goles,
Era increíble por cómo se fue dando el encuentro ya
que de estar prácticamente afuera por tres goles de diferencia, ahora solo era
uno, lo que en este contexto para Racing era un resultado positivo para la
revancha en el Cilindro.
Pero además de que Gago es realmente inentendible, Racing también carece de un líder que putee, que grite y que diga lo que hay que hacer dentro del campo, porque faltando
cuatro minutos, en lugar de armarse bien atrás para llevarse un resultado
que no era malo, inexplicablemente continúa desordenado y el rival sale desde
la mitad de su campo con un pelotazo que encuentra a Martirena y Sigali adelantados
con un delantero a sus espaldas, con un Piovi
que en lugar de ir a marcarlo va a disputar la pelota junto con Rojas con el
otro punta, el que termina sacando rédito al cabecearla para Cantera, que
define sobre Tagliamonte, peor imposible…
Racing, que había encontrado vida en esos dos
penales, eligió suicidarse y ahora mal herido espera por un milagro para volver
a vivir en plenitud y pasar a cuartos y si bien puede conseguir hacer los goles
que necesita, la incógnita es como hará para evitar que no le hagan algún gol a
una defensa que cada vez juega peor, por lo que espero que Gago deje su tozudez
de lado y cambie por un esquema que le dé más seguridad al fondo del equipo.
Gago
no se dio cuenta que está jugando la Libertadores,
por lo que el próximo encuentro pasó a ser principio o final del camino, por
eso el equipo debe poner lo que hay que poner, sabiendo que, a pesar de todo, los
hinchas con su apoyo serán un jugador más, quizás el más importante.
Hasta pronto.