Como si fuera un anexo de lo sucedido el sábado anterior en La Plata, esta vez de local y ante Newell’s Old Boys, Racing continuó decepcionando y agudizó sus problemas futbolísticos.
El equipo ha ido perdiendo casi todos los atributos que Gago le había sabido incorporar y eso se debe no solo a la pérdida de jerarquía, sino también a algunas decisiones controvertidas que parece han tenido un efecto negativo en el juego, porque ya no se observan la gran tenencia de pelota, la circulación segura, la presión alta, la intensidad, los movimientos que sorprendían a sus rivales y la gran cantidad de situaciones de gol.
Racing hoy se muestra como un equipo inseguro, sin
ideas, desordenado, donde solo la voluntad de algunos asoma como algo
destacable, pero con eso no alcanza para volver a ser el equipo que con su
juego alcanzó a considerarse como el que mejor lo hacía.
Al igual que muchos otros, mi mirada es la de un hincha más y sabemos que no hace falta entender tanto para darse cuenta que, Arias, pierde concentración de tanto dar indicaciones como si fuera técnico a los ayer inseguros Pillud, Sigali, Insúa y Mura, que además incómodo todo el partido nunca atacó porque siempre volvía con pase hacia atrás, Nardoni no puede ser volante central porque es desordenado, no tiene quite ni buen pase (me pregunto que hizo Maico Quiroz para no tener su oportunidad), Jonathan Gómez con su juego embarullado y Paolo Guerrero con su experiencia, fueron los únicos que generaron alguna falta para que Matías Rojas ponga en marcha su zurda, que ayer no funcionó, pero que como expresé en comentarios anteriores, es practicamente la única arma para ilusionarnos con concretar algún gol, que Hauche no debería bajar tanto (es más útil cuando aparece en el área por sorpresa) y que Reniero juegue donde juegue es un jugador “incomprensible”
El segundo tiempo pedía a gritos modificaciones en el medio campo pero Gago demoró casi veinte minutos en realizar cambios, Moralez fue por Hauche y Romero por Paolo Guerrero para finalilzar con algo inexplicable cuando envió a la cancha a Fértoli y al chico Fernandez por Pillud y Gómez en "tiempo de descuento".
Así como en los muy buenos momentos, he resaltado los atributos que le había sumado, hoy como hincha y con todo respeto digo que el equipo es el reflejo de la confusión de Gago, quien con sus permanentes cambios de jugadores y posiciones, muestra una desorientación que se traslada al campo de juego.
Y si afuera hay confusión, adentro no puede haber claridad, por eso este Racing de Gago parece haber entrado en un estado de desorden
mental, que los lleva a olvidarse de lo que mejor hacía: saber a qué jugaba.
Ahora viene el clásico y es una gran oportunidad,
porque es el partido que todos queremos ganar pero para hacerlo, hay que jugar
mucho mejor de lo que lo viene haciendo.
Ojalá se dé y pueda ser la inyección anímica que
necesitan los jugadores, pero fundamentalmente el técnico, que da toda la
sensación de que se viene "autodestruyendo".
VAMOS RACING CARAJO!
Hasta pronto.