Racing parece un equipo afectado en lo anímico y en lo físico, que a los hinchas nos golpea en lo emocional, pero a Sebastián Beccacece le presenta un problema que por ahora no puede resolver.
Triste y doloroso por cierto, porque da la impresión
de que los jugadores han perdido un
valor inestimable: la confianza en
sí mismos, y esa falta de seguridad es lo que los lleva a flaquear en
sus convicciones, convocando a los errores a la hora de tomar decisiones.
Y entonces les volvió a pasar, que inmediatamente
después de perderse un gol, el primer ataque del equipo rival expuso nuevamente a
una defensa que ya no muestra esa solidez que supo tener (incluido Arias) y a
los 3 minutos gol de Unión.
Un equipo que también presentaba una formación con
varios suplentes volvía a golpearlo anímicamente, pero con diferencia al
partido anterior, de a poco pudo recomponerse, tomando el dominio del encuentro y
generar muchas situaciones de gol, de las cuales tres o
cuatro fueron muy claras, no solo para empatar, sino para finalizar ganarlo ese primer tiempo.
Sobre todo por el buen trabajo de Solari por derecha y si bien el arquero Moyano respondía
acertadamente, la inoperancia de la ofensiva académica es ya
alarmante y al no concretar las mismas alimenta esa pérdida de confianza.
Cerca del final de la primera etapa, Garré tuvo que
reemplazar a Solari, ( otro más y van…) un jugador que había sido el mejor
hasta ese momento y que sufre esta lesión porque es el único de los volantes
que entiende lo que es el sacrificio a la hora de recuperar (desde su posición cruzó
toda la cancha para salvar un contragolpe a espaldas de Mena.)
Pero el segundo tiempo es para preocuparse y mucho, porque
de sostener a Unión prácticamente en su campo, lo dejo crecer y además no llego
nunca más a inquietar a Moyano.
Racing comenzaba a destruirse a si mismo, porque
cada vez jugaba peor y además de dar esa imagen de “entregado” comete
desaciertos y deja espacios para que rival siempre tenga la posibilidad de
convertir otro gol, como el que llegó a los 25 minutos en una jugada que
desnuda toda la fragilidad de este equipo a la hora de defender.
Pero hay algo que transmite este equipo, que por lo
menos a mí como hincha me hace pensar que este esconde algún motivo que lo ha
llevado a cambiar tanto, no en el juego en si, sino en la intensidad y en la rebeldía
para superar malos momentos dentro de un partido (ejemplo: Independiente y
Aldosivi antes de la Pandemia), para transformarse en un equipo como “desgastado”
, sin reacción y carente de actitud, lo que se puede ver en
jugadores que pierden la pelota y no se esfuerzan en correr a recuperarla o que
pierden en todas las pelotas divididas.
Porque si bien es importante tratar de
jugar bien, un jugador nunca debe renunciar a sacar de adentro lo
que hay que tener, para pelear el partido si no se logra lo anterior.
Hasta pronto.