Si no fuera por las decisiones fuera de tiempo y
forma que viene tomando la Superliga, hoy Racing estaría clasificado para jugar
la Libertadores del 2021, dado que con el gran triunfo de anoche clasificó
entre los cuatro primeros.
Pero ahora hay que jugar la Copa Superliga para
saber a ciencias ciertas si se logra ese objetivo, por lo que hay que ir con
todo a pelear esta competencia.
Por suerte y aun con muchos jugadores que
habitualmente no tienen rodaje, el equipo va mostrando en cada partido una
mejor versión del juego que busca imponerle Beccacece y anoche quedó
demostrado, sobre todo en el segundo tiempo, donde se pudo observar su solidez,
su buena tenencia y circulación del balón, su gran capacidad para recuperar el
mismo y una ofensiva más significativa, aunque es algo que a mi parecer, debe
mejorar para tener más opciones de gol.
Como suele pasar cuando se cambia de técnico, el
local salió a querer llevarse por delante a Racing presionándolo en todos
lados, lo que le impidió a la Academia imponer su juego y todo se hizo más
peleado que jugado.
Si bien Racing no sufría, también es cierto que le costaba
generar alguna jugada de peligro, hasta que el chico Garré, anoche ubicado
sobre la derecha, encontró su espacio y por dos veces se convirtió en lo más
importante de esa etapa, la primera cuando engancha hacia adentro y su disparo,
que llevaba mucho peligro, se desvía en una pierna y se va al córner y la
segunda desbordando ante dos rivales para luego de derecha enviar un centro atrás
para que Fértoli defina muy bien al palo de donde llegaba la asistencia.
Un gran gol que llegó en el cierre del primer tiempo
y que iba a modificar sustancialmente el
partido, porque Estudiantes no solo iba a sentir el golpe sino que Racing fortificado
anímicamente, iba a poder encontrar el juego que viene en crecimiento fecha tras
fecha.
Racing ya había perdido un cambio por la lesión de
Martínez, haciendo ingresar a Sigali en su lugar y ahora realizaba el segundo
con la entrada de Rojas por el chico Banega.
Todo se fue dando para el inquieto Beccacece y su Racing, porque
el equipo supo manejar muy bien la pelota, haciéndola circular de una banda a
la otra pero con un gran movimiento de todos sus jugadores, con Pillud y Soto,
siendo siempre opciones, este último una de las figuras, que creo, está en su
mejor momento desde que llego al club, ya que a la confianza de siempre, le
suma la seguridad y firmeza que le venía faltando, con un Domínguez que muestra
su categoría en cada jugada, con un Sigali firme, con el mejor Miranda que tuvo claridad en la salida, con Cristaldo,
que jugando de espaldas y aguantándose a los defensores supo rebotar muchas de
las pelotas para los volantes, a veces bien y otras no tanto, pero siempre
predispuesto cerró el partido con un gran gol de contragolpe, cruzando su
remate al segundo palo y con un Garré pasó de ser el “a quien trajeron”, a “es un
fenómeno”, pero mejor tiempo al tiempo, que todo lo ubica en su lugar,
por ahora lo que se ve es muy positivo e ilusiona. Ojala con el tiempo
deslumbre.
No hay dudas que por sus características ya se ve
que es distinto por eso es que hay que alentarlo y apoyarlo para que crezca con
confianza, recordando no destruirlo si a veces no le salen las cosas.
Fértoli sabe aparecer en el área y define bastante
bien, solo deberá tranquilizarse un poco mientras Zaracho, que si bien le da al
equipo dinámica anda desacertado y eso lo lleva a decidir mal.
Después Rojas
se metió bien en el partido y parece que ya no le pesa el ser conductor de este
equipo y Reniero que contribuyó a lograr
este triunfo tan importante.
Se va viendo el
Racing “total” de Beccacece, con un trabajo enorme de sus jugadores, quienes
con actitud, aplomo y seguridad, se multiplicaron para recuperar la pelota, para
ser opción de pase y para darle buen destino a la misma, a través de un ritmo y
un despliegue físico que llevó a Estudiantes a la desesperación y a buscar alguna
jugada de peligro solo a través de centros o alguna pelota parada.
Así logró el descuento en un rebote, situación que motivó
a los hinchas “pincharratas”, pero todo fue más emocional que futbolístico y la
victoria finalmente con justicia, quedo en manos académicas.
Ahora llega otra vez la Copa y el reencuentro en el
Cilindro, donde es fundamental lograr un nuevo triunfo, esta vez frente a
Alianza de Lima, con un equipo que seguramente tendrá variantes, pero el
aliento de la hinchada será siempre el mismo.
Hasta pronto.