Es cierto que el tiempo y los cambios de jugadores hacen que no sea fácil encontrar el funcionamiento que tenía el otrora campeón de la Superliga, pero considero que esto no se está consiguiendo porque además de que hay jugadores que no están teniendo buenos rendimientos, el equipo es como que se limita a tocar y tocar hacia los costados o retroceder el balón hacia los centrales para empezar todo otra vez, obviamente buscando desconcentrar a los rivales, pero la falta de resolución en los últimos metros, hace que la tenencia y circulación que comienza como una acción positiva, se convierta en un toque intrascendente.
Esa carencia de lucidez en el último pase, conlleva
a que la mayoría de la veces la
secuencia finalice sobre la derecha en la búsqueda de un Pillud, que si bien ha
mejorado mucho su rendimiento y su esfuerzo es digno de destacar, se ha
convertido en el responsable de generar casi todas las jugadas y aunque alguna
que otra haya sido positiva, sus permanentes subidas ya se tornan previsibles y
repetitivas, con un desgaste físico que no le permite volver rápidamente a posiciones
defensivas, lo que es aprovechado por sus rivales.
Por los resultados negativos de los que punteaban la
tabla, los hinchas nos habíamos ilusionado con ver un equipo que saldría a buscar
con todo el triunfo, pero fuimos bajando la euforia cuando nos encontramos con
un Racing que aun teniendo la posesión de la pelota, es como se aburría de su propio juego y que finalizaba
los avances tirando centros ante una defensa que de alto era imposible
superarla.
Hubo en ese primer tiempo un gol anulado por offside
de Lisandro, un cabezazo malogrado del mismo “Licha” ante un centro de Barbona
y un disparo de Pillud de media distancia, pero prácticamente no se llevó
peligro alguno al arco de Huracán, haciendo de esos primeros 45 minutos, un
pasatiempo soñoliento.
La segunda parte comenzó con un poco más de búsqueda
y hubo algún que otro intento pero sin llegar a ser realmente importante,
mientras que Huracán seguía sin proponer demasiado.
La hinchada seguía alentando, pero el equipo
mostraba más de lo mismo hasta que Coudet mandó a la cancha a Reniero por un Cristaldo
totalmente desdibujado y a los pocos minutos a Cvitanich por un Zaracho, que
sigue decayendo en su juego.
Los dos jugadores que habían tenido buen rendimiento
ante Patronato comenzaron a darle un poco más de ánimo a los ataques académicos,
que ya aparecían con un poco más de actitud, ante este Huracán que seguía defendiendo el punto que estaba
logrando, esperando alguna distracción o error de Racing.
Ese momento que esperaba el Globo apareció, cuando
Lisandro López pierde una pelota ante Gómez, quien se saca de encima a Domínguez
y ante las dudas de Orban habilita a Vieyra quien llega a enfrentar mano a mano
a Arias, pero el excelente arquero de Racing, que lo esperó sereno en la puerta del área
grande, termina desviando con los pies el remate del jugador del Globo, evitando
el gol que le hubiera agregado más dramatismo al encuentro.
Y como réplica de esa jugada, llega el gol de Racing,
cuando Barbona que recibe de Pillud, engancha hacia adentro y ejecuta un centro
de zurda para que Cvitanich de cabeza exija al arquero Silva, situación que
aprovecha Reniero, quien elevándose en gran forma, concreta de cabeza el gol de
los tres puntos.
Minutos más tarde Martínez reemplaza a “Licha” para
darle oxígeno al medio campo y juego aéreo a la defensa, porque Huracán tenía
que salir a jugarse todo y cada tiro libre a favor era un arma a utilizar,
teniendo zagueros que iban muy bien arriba.
Arias respondió bien dos veces y en una contra donde
a Cvitanich, sobre la izquierda cerca
del córner, le cometen infracción, Araujo lo termina pisando en el sueloy es
expulsado inmediatamente, mientras que Reniero que había ido a recriminarlo es empujado infantilmente por
Merolla, quien aunque tenía amarilla se ganó la roja directa.
Eran dos expulsiones para aprovechar, pero que increíblemente
pusieron más nervioso a Racing que a Huracán, quien jugado el todo por el todo fue
por el milagro y a fuerza de infracciones torpes que cometían los jugadores de
la Academia, llegaba al área racinguista a través de esos tiros libres que
pudieron complicar la victoria.
Un triunfo que me lleva a reflexionar sobre si este
equipo puede lograr mejorar para demostrar que realmente esta para pelear por
un nuevo campeonato, porque mientras la
punta está más cerca, el juego está más lejos.
Y si quiero mirar a futuro digo que no queda mucho
tiempo para cambiar demasiado ya que hay que ganar los tres encuentros restantes
y la final contra Tigre por lo que hay que alentar más que nunca para que Racing
quede bien posicionado y con un nuevo trofeo ganado, situación que deberá
cargar sobre sus espaldas (si se va el “Chacho”) quien tenga la responsabilidad de dirigir a la
Academia en el 2020, que además de pelear por un segundo título de la Superliga
y otras copas, afrontará nada más y nada menos que la tan ansiada Libertadores.
Hasta pronto