domingo, 29 de diciembre de 2019

“El movimiento se demuestra andando”

En la búsqueda de un director técnico, que de alguna manera prosiga con una idea similar a la que Coudet nos dejó, después de nombres grandilocuentes, esperanzas e ilusiones, la verdad nos ubicó en el punto de partida real y finalmente Sebastián Andrés Beccaccece, quizás el menos esperado, sobre todo por haber estado hasta hace un par de meses en la vereda de enfrente, es el elegido y tendrá la máxima responsabilidad de dirigir a Racing a partir del 2 de enero del 2020.

Racing vuelve a apostar por un entrenador joven, (el anterior fue Zubeldía a los 32 años) que ha logrado conquistar y convencer a buena parte del mundo del fútbol sin  haber jugado nunca profesionalmente, ya que su carrera se fue forjando como ayudante de campo de Sampaoli hasta el año 2016, donde allí sí, comienza su derrotero como responsable técnico en los últimos tres años (2016 con 22 partidos en Universidad de Chile, 2017, 2018 y parte de 2019 con 58 encuentros en Defensa y Justicia donde se destacó  logrando ser subcampeón, justamente detrás de Racing, para finalizar en Independiente de Avellaneda donde dirigió solo 14 fechas).

No sería justo tener preconceptos a la hora de hablar de su capacidad porque a pesar de que en Universidad de Chile y en Independiente no le ha ido bien, en Defensa y Justicia pudo mostrar toda su aptitud y su idea a través de un juego dinámico y moderno, con un sistema que muchos llegamos a respetar y a gustar, logrando el segundo puesto de la Superliga 2018/2019, justamente detrás del Racing campeón.

Como “el movimiento se demuestra andando”,  segun dijo el filósofo griego Diógenes, un concepto que Beccacece pareciera llevar incorporado tanto en su personalidad, por su comportamiento hiperactivo detrás de la línea de cal, como así también en su idea de funcionamiento de equipo porque el movimiento permanente es una de sus facetas, deberíamos tener un poco de paciencia, dado que no solo carecerá de un periodo lógico para imponer su impronta, sino porque además con sus 37 años, deberá convivir con un plantel donde hay muchos jugadores de experiencia y su manejo con el grupo será una parte importante de su trabajo, por lo que todo el respaldo que los hinchas podamos brindarle, le transmitirá la confianza que necesita para que pueda llevar adelante su proyecto futbolístico.

Como hincha me gustaría por sobre todas las cosas, que no cambie sus convicciones, su línea de juego, aun sabiendo que los resultados mandan, sobre todo dirigiendo a un grande como la Academia.

A TODOS LOS RACINGUISTAS, LE DESEO QUE PASEN UNA FANTÁSTICA NOCHE DE FIN DE AÑO Y QUE EL 2020 LES BRINDE FELICIDAD, PROSPERIDAD Y MUCHA SALUD, PARA ALENTAR CON FUERZA A NUESTRO QUERIDO RACING, SIEMPRE CON LA ESPERANZA DE LOGRAR MAS TITULOS!

Hasta pronto.

lunes, 23 de diciembre de 2019

Todo cambia… menos el hincha.

Cambian los técnicos. Cambian los jugadores. Cambian los dirigentes.

Todo cambia… menos el hincha.

Porque siempre estara con Racing a pesar de los dirigentes, los jugadores y los técnicos de turno.

Porque ama la camiseta sin condiciones. Porque es pasional. Porque no afloja ni abandona. Porque no se rinde. Porque siempre canta y alienta. Porque sufre y se angustia. Porque ríe y cuando festeja, hasta llora de alegría. 

Por eso en este año, donde se han logrado dos títulos, quiero saludarlos y enviarles mis mejores deseos de felicidad para estas fiestas.



Hasta pronto.

domingo, 15 de diciembre de 2019

Coudet convirtió la Copa del adiós en la Copa del hasta pronto.

Gracias “Chacho” Coudet!

Por los dos títulos en un año y por darle a este Racing una identidad de juego ofensivo que hacía mucho tiempo no tenía.

Si últimamente fui crítico con el juego y la producción del equipo, es porque, con todo respeto, de alguna manera usted fue el “culpable” de esa reacción negativa, porque a través de un año y medio nos ilusionó a todos los racinguistas con un equipo que  mostraba intensidad, recuperación rápida y la tenencia con circulación y movilidad, en pos de una gran ambición ofensiva, que nos permitió soñar con el triunfo partido a partido para finalmente darnos la máxima alegría, la Copa de la Superliga.

Pero cuando después del campeonato logrado, entre la lógica relajación y el recambio de jugadores, el equipo se desdibujó y cayó sensiblemente su rendimiento, a mi como seguramente muchos hinchas, nos ganó la impaciencia y la ansiedad, porque no podíamos entender ese bajón futbolístico que hizo de ese Racing admirado, un equipo previsible, lento y casi sin ideas, por lo que no quedó otro camino que empezar a pensar que había otros factores que lo llevaron a dar esa frágil imagen.

Con el tiempo se supo lo de su salida con las idas y vueltas del caso, lo que sumado a que  el equipo no jugaba bien, aunque se sostenía en el grupo cercano a la punta, conformaron un combo peligroso, que  no nos permitía ser tan optimistas de frente a esta final de la Copa de Campeones de la Superliga ante Tigre, porque lo acontecido podía afectar al grupo ante un  partido tan importante como fue el de anoche.

Pero sin dudas, el partido de ayer se convertía en la gran oportunidad para decirnos que nada estaba perdido y por suerte los hinchas pudimos encontrarnos con un Racing que de a poco, se fue identificando con aquel campeón.

El partido era una obligada y exigía responsabilidad y actitud por sobre todas las cosas, las que por suerte pudimos apreciar sumado al crecimiento del juego, que hizo que el equipo en general tuviera un muy buen nivel, con algunos puntos altos como Arias, Domínguez, Donatti, Marcelo Díaz y Cvitanich y con destacados como Montoya y Rojas, ahora si en una versión más cercana a lo que los llevó a contratarlos y que fueron factores fundamentales en la concreción de los tantos, quienes junto con Cristaldo conformaron el trío que generó las dos jugadas de los dos golazos,

Es decir esta vez todos estuvieron a la altura para lograr el triunfo que llevó a Racing a conseguir la Copa de Campeones de la Superliga, un nuevo título, que nos llena de alegría a todos los hinchas, quienes finalmente pudimos comprobar como Coudet convirtió la Copa del adiós, en la Copa del hasta pronto.

Hasta pronto.

domingo, 8 de diciembre de 2019

“El otro yo” de Coudet.

Según parece todos tenemos un “alter ego” conocido popularmente como “el otro yo” y pensaba como en un cuento, si “Chacho” no se convirtió en “el otro yo” de Coudet,  porque hay algo que le hizo cambiar la esencia que le permitió a Racing lograr el campeonato y en este último semestre lo llevó a desmoronarse poco a poco,  perdiendo  ambición, actitud y jerarquía, fundamentos que hasta hoy nunca pudo recuperar.

El tema de las incorporaciones, algunas discutidas por el nivel de las mismas, no ayudo en el juego y pudo haber influido en lo que se refiere al rendimiento general, pero llama la atención que el resto del equipo campeón, salvo dos o tres jugadores, no responde a las exigencias, bajando tanto su nivel que hacen que veamos un equipo totalmente desdibujado y para muestra me enfoco en Lisandro López, que si bien su presencia en la cancha es importante en lo anímico, en lo que respecta a su rendimiento nunca volvió a ser el mismo.

Y así casi todos, pero esto tiene que tener una causa y desde mi punto de vista  el técnico es el principal responsable, ya que como consecuencia de la misma, en el segundo semestre del año, nunca pudo encontrarle la vuelta a un equipo que se volvió impreciso, inseguro, sin generación de juego y especialmente falto de ideas, perdiendo total confianza y algunos conceptos que lo destacaban, como la intensidad, la presión alta y la fuerza ofensiva.

A todo esto hay que sumarle la extraña y sorpresiva decisión de renunciar a la conducción, después de haber firmado un nuevo contrato, algo  hasta hoy no deja de ser una incógnita, porque si no fue económico como dicen, me pregunto que es lo que precipitó el fin del ciclo como lo expresó el propio “Chacho”, porque su renovación se concretó a fines de junio y en septiembre ya le había dicho a Milito que se iba.

Con todo respeto, me parece un  periodo muy corto para una evaluación que lo lleve a tomar semejante determinación, si no hay un detonante que lo lleve bruscamente a la misma, más bien suena como una especie de liberación de algo importante, que no conozco, pero que parece indicar alguna ruptura interna o darse cuenta que el plantel no le respondía, quizás por haber perdido parte de su hambre de gloria, sumado a que sus cabezas podían estar más dedicadas a pensar en sus contratos en dólares que en el próximo partido.

Todo esto fue conformando un combo peligroso y al equipo solo lo sostenían algunos resultados que nos permitían a los hinchas seguir ilusionados, aunque sin convencernos, porque en la intimidad sabíamos que jugando de esta manera podíamos perder con cualquier rival y el futuro no era para nada atractivo.

Y si algo le faltaba era la denuncia contra Cristaldo por violencia de género, que debió tener una resolución mucho más clara que la de 5 días de suspensión y vuelta a jugar, sobre todo porque el presidente Victor Blanco dijo que Racing es pionero en ese tema.  

Lo de anoche fue una nueva muestra de lo mal que esta todo y las declaraciones de Pillud y Coudet, agregan mas leña al fuego, ya que en lugar de hacer públicas, Iván debería ir con Lisandro López  a decírselas a quien corresponda y el "Chacho", en lugar de apuntar como nunca contra sus jugadores, debería preocuparse por descubrir cual es la causa de que lo que se trabaja en la semana después no se ve en la cancha, porque eso marca que ha perdido ascendencia sobre el plantel y además que hay algo que no funciona, manifestaciones en caliente de jugador y técnico que dejan entrever que en el plantel parece no haber tanta armonía como se dice.

Pero bueno, Coudet ya se va y todos los gritos y declaraciones no dejan de ser expresiones que este momento no le importan a nadie,  porque la semana que viene habrá una nueva persona en su lugar, así que como racinguista y por la camiseta que amo, solo espero que podamos ganar la Copa de los Campeones frente a Tigre, aunque siendo sincero este andar de Racing que parece jugar más por compromiso que por los puntos,  no me da muchas esperanzas.

Hasta pronto.

sábado, 30 de noviembre de 2019

Lo que brinda Racing es muy poco, casi nada.

Otra oportunidad perdida para estar bien prendido en la tabla, pero tiene cierta lógica, porque si bien el equipo no pierde, tampoco genera mucho para ganar y últimamente es tan repetitivo el perder puntos que tratar de buscarle una excusa a este tema cansa y aburre.

Es difícil no tener una mirada crítica sobre este momento de Racing, porque llama la atención que un plantel integrado en su mayoría por jugadores que fueron campeones hace unos pocos meses y que no tiene problemas económicos, haya bajado tanto su rendimiento.

Podíamos entender y de alguna manera aceptar, la relajación normal que llevó al plantel a no jugar tan concentrado la Copa de la Superliga, aunque un grande debe intentar ganar toda competencia, pero  la realidad es que esto se ha extendido demasiado con un técnico que hasta ahora no le encuentra la vuelta, especialmente a la zona de volantes, con refuerzos que no rinden como se lo esperaba y con la lesiones de Solari y el “Pulpo” González, que agravaron la situación de un medio campo que no termina de darle al equipo la gestación y el cambio de ritmo que necesita, para que lo haga salir de esa rutina de juego que adormece y nos contagia partido a partido.

Esto de alguna manera resquebrajó el andamiaje general de un equipo que ya había bajado su nivel, debilitando la ofensiva y exponiendo a la defensiva.

La desorientación, lleva a la falta de confianza y eso repercute en la mente de cada uno, haciéndolo entrar en un campo de dudas peligroso, como se pudo observar en los últimos partidos, donde situaciones como las de anoche a minutos de haber comenzado el encuentro, se pueden ver frecuentemente.

Defensa y Justicia después del gol y con un juego mucho más dinámico en ese primer tiempo, llevó a este lento e indeciso Racing, a que la línea de fondo no se animara a salir a achicar el campo, lo que lo convirtió en un equipo largo que dejaba grandes espacios a espaldas de volantes, situación que  aprovechó el equipo de Florencio Varela para llegar con alguna facilidad hasta el arco defendido por Arias.

Racing pudo empatar a través de Cvitanich, quien después de recibir un buen pase de Pillud y ubicando bien su cuerpo, al girar en el área es llevado por delante por el central Martínez, logrando el penal que convertiría en gol, pero durante esa primera etapa fue un equipo sin respuesta alguna, porque cuando conseguía la pelota, la que perdía casi instantáneamente tanto que utilizó el pelotazo como su arma preferida.

Así y todo, de una jugada que pudo ser gol de Defensa y Justicia donde Arias estuvo genial desviándola al córner, nació una réplica que pudo darle a Racing su segundo gol, cuando Zaracho roba fuera del área y encabeza un avance que finaliza mal, la pelota rebota y llega a los pies de Montoya que acompañaba, su fuerte disparo rechazado por Unsain, lo vuelve a recibir Zaracho, quien la cruza al segundo palo donde un pie de un defensor termina desviándola, dos situaciones de gol que por un momento nos sacaron del letargo.

El comienzo del segundo tiempo nos volvió a entregar un nuevo susto cuando entre 8 jugadores de Racing gana uno del “Halcón” y su cabezazo da en el palo ante la mirada de Arias, pero después sin ser claro fue adelantando líneas buscando llevar el partido al campo contrario, aprovechando además el desgaste de su rival que a medida que pasaba el tiempo se iba aferrando cada vez más al empate.

Un buen pase de Rojas que sin llegar ni por asomo a ser aquel que jugo en el rival de anoche, se lo vio un poco más activo, dejo en buena posición a Reniero que decidió patear como venía y desvió el tiro, cuando quizás podía haber intentado controlarla para después definir y un cabezazo de Cvitanich ante un buen centro de Pillud que se va por arriba el travesaño, si mal no recuerdo fueron las situaciones de gol que pudo generar Racing en esa segunda mitad.

Los cambios siempre dan esperanzas pero por ahora no se consigue y debido a que  “Licha” por lesión y Cristaldo por problemas personales donde interviene la justicia, estuvieron ausentes,  le permitieron a los juveniles Andrada jugar todo el segundo tiempo (reemplazó a Montoya) y no sería justo juzgarlo porque el futbol es contagio y este chico entro en un equipo que en estos momentos no hace casi nada bien, e Ivan Maggio entrar unos pocos minutos al final por Rojas, mientras Barbona, que parece sigue sin tener oportunidades lo hizo por Reniero.

Era una noche especial porque Coudet pisaba el Cilindro por última vez y la gente que estuvo en el estadio lo recibió de la mejor manera, por cierto merecido, pero no pudo ser plena porque el equipo volvió a decepcionar al propio técnico y a los hinchas, ya que lo que brinda Racing es muy poco, casi nada y de esa manera nos sigue quitando cierto grado de ilusión para estos últimos dos partidos, donde uno de ellos nos dejaría en una mejor posición en la tabla y el otro nos daría una Copa más.

Pero bueno, a esta altura creo que todos estamos sumando una nueva preocupación, que es quien será el reemplazante de un “Chacho”, que a decir verdad y aunque nos duela, es casi como que “ya fue”, porque el que llegue deberá trabajar mucho para darle a este plantel, que también debe estar más inquieto y ansioso que nosotros por el tema, la dinámica y el convencimiento perdido, con el agregado de que seguramente para hacer frente a los nuevos compromisos, posiblemente exigirá que se vayan algunos y que lleguen otros.


Hasta pronto.
  

lunes, 25 de noviembre de 2019

Estamos mal en el juego, pero vamos bien en la tabla.

Desde que Racing se consagró campeón de la Superliga, deben alcanzar los dedos de una mano para contar los partidos en que el equipo dirigido por Coudet,  rindió como en sus mejores momentos.

Después de la pobre actuación en la Copa de la Superliga esperaba que con la pretemporada el plantel podía volver a recuperar las condiciones físicas y mentales que le permitieron tener un gran nivel de juego en el campeonato logrado, pero lamentablemente no fue así, porque en su debut quedo fuera de la Copa Argentina y a partir de allí Coudet nunca pudo encontrarle la vuelta al equipo para que juegue y rinda como el anterior, si bien es cierto que con esos altibajos y todo, consiguió muy buenos resultados.

Por lo menos desde mi punto de vista, veo un equipo, que aun estando en una buena posición en la tabla, muestra signos de estar como “gastado”  mentalmente, es decir como que no puede pensar con claridad y esa falta de ideas produce sin dudas tensión, desorientación y pérdida de confianza, volviéndolo impreciso, inseguro y concentrado, lo que lo obliga a realizar mayores esfuerzos para compensar esa carencias, llevándolo como consecuencia un presuroso agotamiento físico.

Con todo respeto, se me ocurre pensar que tiene que haber otras causas y que todas desembocan en el mismo punto neurálgico, donde están involucrados tanto jugadores como técnico y según mi opinión esa razones pueden ser, la pronunciada baja en jugadores de experiencia que fueron clave en el campeonato anterior con años y lesiones encima que le están pasando factura, un cambio casi completo del medio campo con incorporaciones que por ahora no mueven el amperímetro, sumado las lesiones de Solari y del “Pulpo” González, el problema del dólar en algunos contratos y por último el tema de Coudet y su salida, que seguramente agregó más incertidumbre en el plantel.

Como cada uno siente y vive la vida a su manera, es muy probable que con este combo que se puedan perder cierto grado de estímulos motivacionales, algo fundamental para que todos tengan el necesario incentivo que les permita llevar adelante un trabajo con disposición.     

Y el “Chacho”, que dice que no se va por dinero, pero que no aclara porque su ciclo está  cumplido, puede que al no encontrar en sus jugadores las respuestas que imaginaba también haya sido alcanzado por ese mismo inconveniente y al ver que era difícil alcanzar los objetivos deseados la solución pasaría por tener que desafectar del plantel a jugadores que lo llevaron al éxito, situación que iba a rozar más la relación humana que la profesional.
  
Y así anoche con Talleres pudimos volver a observar como este Racing “casi milagroso” por los resultados que va obteniendo (solo perdió un partido) sigue sin tener una actuación decorosa, donde por momentos se lo ve desarticulado (especialmente en el primer tiempo), con esa sensación de que están en otra cosa, con jugadores expertos que hacen cosas infantiles como Pillud, que parece tener vergüenza de tirarla afuera y permite que llegue el segundo gol de los cordobeses o  como en el primero de los goles le da ventaja a Fragapane, que además, extrañamente dejó clavado a Domínguez y a Donatti que a destiempo al suelo y queda también pagando.

Reconozco que el jugador de Talleres hizo una extraordinaria jugada, pero tres jugadores con años en sus espaldas desairados es demasiado.

También llama la atención lo de Arias que venía haciendo las cosas bien, pero toma esas decisiones de salir a cualquier lado, como en el tercer gol local.

Por suerte adelante Reniero tiene un aceptable rendimiento y estuvo muy bien en el primer gol académico donde cuerpea perfectamente a los centrales y habilita a Rojas para que después de un enganche de zurda, con la derecha la clave en el segundo palo.

Zaracho, con un desvió afortunado, concreta el segundo, luego que el arquero rechaza un buen disparo de Pillud y finalmente Cristaldo logra el empate al recibir en el centro del área una pelota cabeceada por Lisandro López.

El medio de la cancha sin respuestas, salvo algunos momentos de Matías Rojas en la primera mitad del encuentro, pero Díaz esta lento y vive lesionado, el nivel de Montoya es realmente bajo y lo de Zaracho no pasa de regular, por lo que creo que Barbona y Martínez podrían ocupar un lugar en esa zona.

Emulando y aplicando a este momento de Racing la frase "Estamos mal, pero vamos bien" que popularizó el ex presidente Carlos Menem, podríamos decir que estamos mal en el juego, pero vamos bien en la tabla, por lo que esperemos siga ganando aunque no lo merezca, a ver si para el 2020 el técnico que llegue pueda volver a darle al equipo, una línea de juego y la categoría que un grande como el nuestro se merece.

De aquí hasta fin de año, poco importan las palabras de los jugadores y del técnico, solo resta alentarlos para ver si nuestro querido Racing puede finalizar bien arriba o muy cerca y con una copa más el 14 de diciembre.

Hasta pronto.

viernes, 22 de noviembre de 2019

El chau del "Chacho" entre dimes y diretes.

La noticia es que Coudet, el “Chacho”, se va de Racing y lo que informaban los periodistas académicos, que se negaba en todos los sectores del club, de pronto se convirtieron en verdades, por lo que el 14 de diciembre, después del partido frente a Tigre por la Copa de Campeones en Mar del Plata se concretará su salida.

La cuestión es que hoy conocimos el chau del "Chacho" entre dimes y diretes, porque cuando todo debió haber sido clarificado en su momento, se tomó la decisión de postergar su anuncio y cuando un mes después, aparecieron las primeras noticias periodísticas se negaron sistemáticamente hasta que la verdad salió a la superficie. Una lástima para la despedida de un técnico campeón

Seguramente hubo alguna razón que los llevó a tomar esa decisión y se me ocurrió pensar lo siguiente: no será que Coudet no se quería ir de golpe para no quedar como que abandonaba un plantel que en ese momento no le respondía futbolísticamente, situación que le venía bien a Racing, porque no tenía demasiadas opciones para incorporar un técnico en ese momento, ya que, salvo Ramón Díaz, tanto Sampaoli, como Beccacece, Zubeldía, Davove y Alfaro, estaban firmes en sus equipos y crease o no, este tiempo tomado permitió que cambie el cuadro de situación de la mayoría de ellos, lo que le permite al club gestionar con mas libertad.

Obviamente comencé a preguntarme que fue lo llevó al “Chacho” a tomar esa decisión apenas tres meses después de firmar un nuevo contrato y no sé por qué, aunque fue en febrero de este año, rápidamente se me cruzó por la cabeza el problema que tuvo con Centurión en la cancha de River, situación grave, que seguramente dejo una herida abierta, la que pareció cerrarse por la salida del jugador a México y por el campeonato logrado, pero la cicatriz queda y siempre vuelve a recordar el hecho.

Es cierto que pueden existir algunas otras causas, posiblemente el bajo rendimiento en la Supercopa de la Superliga donde quedo fuera de la competencia rápidamente,  sumado a la nueva derrota en el debut de la Copa Argentina, como pudo haber sido también el  cachetazo que nos pegó River en el Cilindro…vaya uno a saber, pero todos estos encuentros tienen un punto de coincidencia y es la falta de respuestas del equipo, un factor determinante que lo pudo llevar a ir madurando su decisión final.

Revisando mis notas, encontré una del 25 de agosto de este año, referida al partido en Santiago del Estero frente a Central Córdoba, donde en un párrafo manifesté “Incluso ha desaparecido de la cara del "Chacho" Coudet esa sonrisa que sabía mostrar y que expresaba confianza, cambiándola por un rostro preocupado” porque me había llamado la atención el cambio de expresión, en una persona que siempre se mostraba no solo segura, sino siempre risueña y festiva.

Otra posibilidad y no es menor, es que su representante le haya informado que el Inter de Brasil lo podría venir a buscar y que habría una oferta económica por demás tentadora, algo muy difícil de dejar pasar, sobre todo trabajando en un país donde se viven situaciones cambiantes que desacomodan todo lo que se tenía ordenado.

Soy de los que piensan que estas determinaciones duelen, pero las aceptan, porque podemos ver como todos los años, técnicos de distintos equipos son echados por no ganar cinco partidos seguidos, demostrando que todo pasa por resultados positivos o negativos (como ejemplo Pochettino en el Tottenham), por lo tanto si aceptamos que los echen (cuantas veces habremos pedido que lo hagan), aceptemos que se retiren cuando les parezca, para seguir sin entender, porque siempre se habla de proyectos.

Milito parece haber elegido su DT por lo que viajó a Brasil para ver a Sampaoli y ofrecerle el cargo, lo que abre una expectativa importante al respecto, porque estamos hablando de una persona que si bien tuvo serios inconvenientes en el Mundial de Rusia conduciendo a la Selección Argentina, su trayectoria es muy importante dado que en los equipos donde estuvo últimamente tuvo un paso exitoso, 3 campeonatos locales y una Sudamericana con Universidad de Chile, una Copa América con la Selección Chilena, buena participación en el Sevilla, etc.

Seguramente que para tal movimiento, debe tener el aval y por sobre todo el respeto de los directivos a su decisión, porque se supone tiene la potestad para elegir a quien comandará el plantel a partir de enero del 2020, para después ponerse de acuerdo en lo económico y también quienes deciden las incorporaciones.

En caso de que no se dé su llegada por las razones que sean y entendiendo que hay matices, como la personalidad de cada uno, su forma de manejo, etc. que seguramente Milito tendrá en cuenta, creo que sería coherente por el perfil buscado, ir por Beccacece o por Davove, caso contrario, sin llegar a ser tan diferente porque es un técnico ofensivo, puede ser Ramón Díaz (ha comentado que se ha “aggiornado" su cuerpo técnico), ya que cuenta con una historia ganadora (7 copas locales y 2 internacionales con River, 1 con San Lorenzo y 2 con Al-Hilal de Arabia Saudita.)

El tema es que, si como se dice habitualmente, los técnicos exitosos son siempre buscados y los que no logran resultados no son respaldados, va a ser difícil encontrar una continuidad en un trabajo, razón por la cual seguiremos viviendo este tipo de situaciones.

Hasta pronto.



lunes, 11 de noviembre de 2019

Mientras la punta está más cerca, el juego está más lejos.

Racing ganó, pero le está costando mucho lograr los tres puntos porque si bien es cierto que intenta y logra, superar a su rival a través de la tenencia y el toque, ha perdido esa cuota de intensidad y sobre todo de claridad que tenía aquel de los comienzos del “Chacho”.

Es cierto que el tiempo y los cambios de jugadores hacen que no sea fácil encontrar el funcionamiento que tenía el otrora campeón de la Superliga, pero considero que esto no se está consiguiendo porque además de que hay jugadores que no están teniendo buenos rendimientos, el equipo es como que se limita a tocar y tocar hacia los costados o retroceder el balón hacia los centrales para empezar todo otra vez, obviamente buscando desconcentrar a los rivales, pero la falta de resolución en los últimos metros, hace que la tenencia y circulación que comienza como una acción positiva, se convierta en un toque intrascendente.

Esa carencia de lucidez en el último pase, conlleva a que  la mayoría de la veces la secuencia finalice sobre la derecha en la búsqueda de un Pillud, que si bien ha mejorado mucho su rendimiento y su esfuerzo es digno de destacar, se ha convertido en el responsable de generar casi todas las jugadas y aunque alguna que otra haya sido positiva, sus permanentes subidas ya se tornan previsibles y repetitivas, con un desgaste físico que no le permite volver rápidamente a posiciones defensivas, lo que es aprovechado por sus rivales.

Por los resultados negativos de los que punteaban la tabla, los hinchas nos habíamos ilusionado con ver un equipo que saldría a buscar con todo el triunfo, pero fuimos bajando la euforia cuando nos encontramos con un Racing que aun teniendo la posesión de la pelota, es como se  aburría de su propio juego y que finalizaba los avances tirando centros ante una defensa que de alto era imposible superarla.
Hubo en ese primer tiempo un gol anulado por offside de Lisandro, un cabezazo malogrado del mismo “Licha” ante un centro de Barbona y un disparo de Pillud de media distancia, pero prácticamente no se llevó peligro alguno al arco de Huracán, haciendo de esos primeros 45 minutos, un pasatiempo soñoliento.

La segunda parte comenzó con un poco más de búsqueda y hubo algún que otro intento pero sin llegar a ser realmente importante, mientras que Huracán seguía sin proponer demasiado.
La hinchada seguía alentando, pero el equipo mostraba más de lo mismo hasta que Coudet mandó a la cancha a Reniero por un Cristaldo totalmente desdibujado y a los pocos minutos a Cvitanich por un Zaracho, que sigue decayendo en su juego.

Los dos jugadores que habían tenido buen rendimiento ante Patronato comenzaron a darle un poco más de ánimo a los ataques académicos, que ya aparecían con un poco más de actitud, ante este Huracán que  seguía defendiendo el punto que estaba logrando, esperando alguna distracción o error de Racing.

Ese momento que esperaba el Globo apareció, cuando Lisandro López pierde una pelota ante Gómez, quien se saca de encima a Domínguez y ante las dudas de Orban habilita a Vieyra quien llega a enfrentar mano a mano a Arias, pero el excelente arquero de Racing,  que lo esperó sereno en la puerta del área grande, termina desviando con los pies el remate del jugador del Globo, evitando el gol que le hubiera agregado más dramatismo al encuentro. 

Y como réplica de esa jugada, llega el gol de Racing, cuando Barbona que recibe de Pillud, engancha hacia adentro y ejecuta un centro de zurda para que Cvitanich de cabeza exija al arquero Silva, situación que aprovecha Reniero, quien elevándose en gran forma, concreta de cabeza el gol de los tres puntos.

Minutos más tarde Martínez reemplaza a “Licha” para darle oxígeno al medio campo y juego aéreo a la defensa, porque Huracán tenía que salir a jugarse todo y cada tiro libre a favor era un arma a utilizar, teniendo zagueros que iban muy bien arriba.

Arias respondió bien dos veces y en una contra donde  a Cvitanich, sobre la izquierda cerca del córner, le cometen infracción, Araujo lo termina pisando en el sueloy es expulsado inmediatamente, mientras que Reniero que había ido a  recriminarlo es empujado infantilmente por Merolla, quien aunque tenía amarilla se ganó la roja directa.

Eran dos expulsiones para aprovechar, pero que increíblemente pusieron más nervioso a Racing que a Huracán, quien jugado el todo por el todo fue por el milagro y a fuerza de infracciones torpes que cometían los jugadores de la Academia, llegaba al área racinguista a través de esos tiros libres que pudieron complicar la victoria.

Un triunfo que me lleva a reflexionar sobre si este equipo puede lograr mejorar para demostrar que realmente esta para pelear por un nuevo campeonato, porque mientras la punta está más cerca, el juego está más lejos.

Y si quiero mirar a futuro digo que no queda mucho tiempo para cambiar demasiado ya que hay que ganar los tres encuentros restantes y la final contra Tigre por lo que hay que alentar más que nunca para que Racing quede bien posicionado y con un nuevo trofeo ganado, situación que deberá cargar sobre sus espaldas (si se va el “Chacho”)  quien tenga la responsabilidad de dirigir a la Academia en el 2020, que además de pelear por un segundo título de la Superliga y otras copas, afrontará nada más y nada menos que la tan ansiada Libertadores.

Hasta pronto

lunes, 4 de noviembre de 2019

Una semana con menos puntos y más incertidumbre.

Las cosas estaban para aprovecharlas, pero al fastidio que a los hinchas nos dejó el empate ante Banfield, se nos sumó el disgusto de los puntos perdidos frente a Patronato.

Saben lo que pienso de los empates, que es un punto que no ayuda mucho pero que de acuerdo a como se logra, tiene efectos de triunfo o de derrota y considero que los dos que se dieron esta semana,  se encuadran dentro de la última de esas sensaciones.

Si bien es cierto que ayer pudo haberlo ganado, Reniero, Rojas, Cvitanich y “Licha” tuvieron esas oportunidades que por distintos motivos no se dieron,  el consuelo del merecimiento no alcanza para calmar la bronca de haber perdido otros dos puntos importantes, que nos hubieran mantenido bien prendidos arriba.

En cuanto a los cambios parecieron darle la razón al “Chacho” sobre todo con Reniero, que mostró facetas interesantes para pelear el puesto de titular, además de la jugada que incluye caño y disparo en el travesaño así como el gol, con un cabezazo excelente y también con Martínez quien, a pesar de no jugar hace una eternidad, tuvo un muy buen desempeño, constituyéndose los dos en los mejor del equipo.

Pero este Racing no termina de consolidarse sobre todo en el medio campo, centro neurálgico del equipo, donde sigue sin encontrar el funcionamiento necesario para que todo gire a su alrededor  y entonces sigue transitando esa inestabilidad en el juego, que hace que los hinchas suframos hasta el final de cada encuentro.

Hoy Arias, que venía recuperando su nivel, tuvo una débil y fallida salida, que le permitió a Patronato llegar al empate, por el cual no había hecho mucho.

La línea de fondo, salvo en el gol de Patronato, tuvo un Pillud mejor que Mena, el chileno decayó mucho en la segunda, un Donatti que tuvo un correcto desempeño y en Domínguez, nuevamente lo más destacado.

En la zona de volantes sobresalió Martínez, que ya destaqué como el mejor, mientras Rojas si bien muestra crecimiento en su juego, por momentos es como que se va del partido,  Barbona no estuvo a la altura de las expectativas y Zaracho, de floja actuación, sigue bajando en su producción.

Y la delantera tuvo en Reniero lo mejor del equipo y  en Cvitanich un acompañante que tuvo un trabajo aceptable.

Fue una semana con menos puntos y más incertidumbre, porque a la poca cantidad de puntos logrados, se agregó el tema  de la salida del técnico, entonces los hinchas no solo terminamos mortificados por los puntos perdidos, sino también con cierta angustia por esa incertidumbre que nos provoca el tema Coudet y por ende el futuro del equipo. 

Y como todo se mezcla y la confusión no ayuda, a la gran hinchada no nos queda otra que seguir alentando como lo hacemos siempre, esperando que el equipo gane la próxima fecha en el Cilindro.

Finalmente hoy 4 de Noviembre, mi homenaje a aquel plantel y cuerpo técnico de Racing,  aquel glorioso "Equipo de José", que hace 52 años en el Centenario de Montevideo -donde tuve la suerte de estar- con el golazo del "Chango" Cárdenas, le decía al mundo que éramos los mejores.

Hasta pronto



jueves, 31 de octubre de 2019

Ni por abajo, ni por arriba.

Los partidos de local contra Banfield (sobre todo los dirigidos por Falcioni) aburren de repetidos, porque si bien no son iguales, son similares en cuanto a su desarrollo, incluso muchos de los resultados son empates y si hay triunfos son con mínima diferencia.

Y esta vez no fue la excepción, porque si bien Racing comenzó buscando la tenencia de la pelota, tratando de darle buena circulación y queriendo aprovechar como siempre a Pillud por la derecha (un disparo suyo pego en el segundo palo), su intención no duro mucho tiempo, Banfield se enfocó en no salir a buscar, destinando todo su esfuerzo en luchar para recuperar la pelota y salir con envíos largos a la espalda de Soto, que tuvo una noche desastrosa y que creo influyó para que Donatti tenga una actuación irregular.

Racing tuvo algunas oportunidades para abrir el marcador, sobre todo por las subidas de Pillud y con las apariciones de Zaracho en el área, pero daba ventajas en el medio campo porque Díaz se atrasaba demasiado no achicaba, situación que aprovechaban los volantes para salir rápido buscando a sus delanteros y así pudo preocupar a Arias, que por suerte ha retomado el nivel de sus mejores momentos y respondió con acierto, incluso saliendo a enfrentar un rival en un mano a mano.

La segunda etapa si bien se inició con un Banfield más activo (tuvo una que pego en el poste), esto duro pocos minutos porque Racing se adelantó y se adueñó totalmente de la pelota y el juego, haciendo del partido prácticamente un monólogo y obligando a su rival a cerrarse aún más para defender el punto que estaba logrando.

Pero Racing se repetía demasiado y favorecía el trabajo de la defensa banfileña, y para colo de males comenzaron las lesiones y los cambios, sobre todo  los de Cristaldo y Rojas, que venían cumpliendo una buena tarea.

Cristaldo le dejo su lugar a Reniero, que por fin pudo jugar una buena parte del segundo tiempo y si bien por momentos tuvo que tirarse atrás, lo hizo bastante bien, Matías Rojas fue reemplazado por Cvitanich, un cambio que supongo sorprendió a todos, dado que era el que tenía más claridad, el que tenía buen pase y ensayaba disparos desde afuera (después nos enteramos que fue por lesión) y finalmente por Montoya entró Barbona, que es el que más arriesga y el que más se atreve a gambetear, por lo que sigo insistiendo, debería tener la posibilidad de ser titular.

Sobre el resto ya dije lo bueno de Arias y destaco también la actuación de  Domínguez, que sigue siendo un central para confiar, pero en general fue una actuación regular, con muchos jugadores por debajo de lo mostrado contra Boca y si bien es cierto dominó la mayor parte del encuentro e hizo todo para ganarlo, no supo y no pudo romper el cerco que le tendió el equipo del sur, ni por abajo, ni por arriba, porque por abajo no hay un jugador que ponga pases certeros entre líneas y por arriba porque los centros no eran precisos con el agravante de que Racing no cuenta con jugadores que puedan ganarle en el área a Civelli y Cía.

Después del triunfo frente a Boca, parecía que el equipo había logrado encontrar la cuota parte de confianza que le faltaba para volver a confiar en ellos mismos y si bien es cierto que un punto suma, se perdió la posibilidad de lograr dos más de local, que nos hubiera dado la posibilidad de quedar ahí  de la punta.

Creo que la falencia más importante esta en la zona de recuperación y de gestación, dado le cuesta hacerse de la pelota y de que cuando la consigue tiene muy poca creatividad, haciendo de la tenencia y circulación un ida y vuelta de toques intrascendentes,  que por momentos se transforma en algo tedioso y que finaliza sin sorpresa alguna.

Hasta pronto.

sábado, 19 de octubre de 2019

No solo ganó en el resultado, también ganó en el duelo mental


Racing fue a la Bombonera a buscar el triunfo que todos los hinchas de Racing ansiábamos, aunque por dentro sabíamos que no iba a ser tan sencillo, no solo por el escenario, sino porque no venía mostrando esa presencia y ese plantarse de equipo seguro, como aquel de los mejores momentos en los comienzos del “Chacho”.

Pero hoy sin realizar una tarea extraordinaria, ganó bien, porque supo disputar el partido, con personalidad y con actitud, tratando esencialmente de no perder el orden y la calma, eso que se necesita para saber sobrellevar los momentos difíciles de un partido caliente, sumado a la presión que suele imponer ese escenario.

Y Racing hoy jugó un buen primer tiempo, donde tuvo bastante dominio del encuentro y generó las mejores situaciones de gol (una fue gol de Zaracho y la otra la salvó Andrada) contra un Boca de Alfaro, que siendo local extrañamente se plantó para la contra y que nos complicó solo cuando la pelota le llegaba a Villa, quien por suerte llegaba solo hasta el fondo y sus centros no tenían receptores o eran rechazados por la defensa académica.

En la segunda mitad se dieron dos cosas que llevaron a lo mismo, Boca, con Mauro Zárate en la cancha, fue a buscar no solo el empate sino un resultado que le permita salir ganador del encuentro, mientras Racing se cerraba cerca de su área tratando de explotar los espacios que dejaban los locales.

Pero aunque había dominio de Boca, Arias no sufría casi ninguna jugada real de peligro, quizás la de Villa sobre la izquierda que cubre yendo al suelo con su cuerpo, después creo que no hubo otra situación que comprometiera seriamente a nuestro arquero.

El planteo estaba claro, mientras Alfaro agregaba jugadores ofensivos (Mac Allister y Hurtado), Coudet enviaba a la cancha a Mauricio Martínez y a Orban, pero Racing siempre supo lo que tenía que hacer en el campo de juego y por eso no solo ganó en el resultado, también ganó en el duelo mental.

Fue una victoria importantísima que no solo trasciende por ganarle al puntero en su casa y acercársele en la tabla, sino porque para Coudet y el plantel, es un incentivo que ayuda a que sus mentes vean todo más claro y suma confianza para seguir creciendo, porque se van a sentir mejor con ellos mismos.

Racing sin ser brillante ha mejorado en algunos aspectos del juego, si bien no llega a ser aquel equipo sólido e intenso, viene recuperando el nivel de varios jugadores, como 
Gabriel Arias, Domínguez en una posición que no debería dejar,  Sigali y Donatti, Zaracho, que hoy apareció con más frecuencia en el área y llegó al gol,  Lisandro López, que sigue confirmando que es no solo un gran capitán, sino también un jugador de excelencia y por ultimo a este Cristaldo que comenzó a darle a la ofensiva otra agresividad, gestando y asistiendo además de gran manera en la jugada del gol.

Aunque también es cierto que todavía deben hacerlo Díaz, quien por momentos parece reencontrarse con el “otro yo” que nos deslumbraba, pero a veces arriesga mucho y le da chances al rival, Montoya que por ahora tiene más lucha que juego y Matías Rojas, si bien jugó su mejor partido, debe ser mas influyente.

Pillud cumplió una tarea aceptable y Soto no estuvo a la altura del partido anterior ya que nunca pudo con Villa, pero ambos son como inestables en su rendimiento, aunque desbordan entusiasmo y a pesar de cometer errores siempre se muestran para ser salida.

Algo ha cambiado en Coudet y es la estrategia, que me da la sensación, como ya lo he comentado en otras oportunidades, que nace después de ese par de partidos que Racing perdió en una semana (Colón y Sarmiento de Resistencia, Chaco) que nos dejaron afuera de la Libertadores y de la Copa Argentina.

Ya no estoy tan seguro que volvamos a ver en algún momento, aquel equipo que se llevaba a los rivales por delante y nos deslumbraba, hace rato que es más pensante, más frio, que si bien trata de ser protagonista desde la tenencia del balón, cuando se pone en ventaja ya no sigue buscando a lo loco una mayor diferencia (quizás eso suceda solo de local), más bien es como que entrega la pelota y se cierra cerca de su área, situación que confirma incluso con los cambios, esperando encontrar espacios para el contragolpe.

Es tiempo de ir por más y si bien el equipo no es una maravilla, desde lo anímico están dadas las condiciones para pegar el gran salto y prendernos definitivamente en la cima de la tabla.

Hasta pronto.
  

domingo, 6 de octubre de 2019

Buscando al equipo campeón.

Era un partido previsible desde lo táctico.

Era lógico suponer que, por su incómoda posición, Aldosivi se defendería hasta que pudiera sostener el cero mientras Racing, tras el mal partido jugado en Rosario, cargaría con la obligación de ganar y de mejorar su juego.

De allí la disposición puesta en cancha por Radaelli, que mostraba a los marplatenses con una línea de cinco en el fondo, tres en el medio y dos de punta, pero que en realidad todos se agrupaban en su campo y por el lado de Coudet, se vio un Racing que se abria como abanico dejando solos a Domínguez y Sigali de últimos, a quienes se le sumaba el chileno Díaz, adelantando a Pillud y a Soto para acompañar a Montoya, Zaracho y Rojas en el medio y para adueñarse de la pelota tratando de encontrar las formas de generar juego para Cristaldo y Lisandro López.

Pero eso paso a medias, porque si bien Racing monopolizo el juego, no creo prácticamente ninguna situación de gol en el primer tiempo, dado que, si bien buscaba ser paciente, a mi gusto, el toque nunca fue punzante y no supo quebrar esa “pared” que había armado el equipo marplatense.

Racing recargaba el juego en las subidas de Pillud, lo que Aldosivi esperaba, porque cada vez que tenía la pelota en su poder, rápidamente salía con un pelotazo a su espalda para Verón o Rincón que se volcaban en esa zona, tratando de sorprender a Nery Domínguez o a Sigali, algo que ocurrió una vez y que Arias en gran forma, salvo en la puerta del área.

Racing dominaba, pero el arquero rival no tocaba la pelota y el sacrificio de Cristaldo y López , que bajaban para sacar a sus marcadores afuera del área, no tenía su premio, porque los volantes de Racing se movían entre la media cancha y la línea del área grande, conservando el balón, pero no se convertían en opciones picando y/o apareciendo dentro del área.

Y a los treinta minutos, un buen desborde del chico Rojas que termino con un centro excelente, le permitió a Cristaldo que sorprendió a su marcador, cabecear al gol que le dio la ventaja y la tranquilidad de finalizar la primera etapa ganando.

Poco, muy poco, para un equipo que puede dar mucho más.

Sabiendo que, en la segunda mitad, Aldosivi tenía que salir a jugar más abierto, Racing le entrego la pelota con la clara idea de que iba a encontrar más espacio y obviamente más chances de llegar al arco contrario con posibilidades de aumentar el marcador.

De entrada, hubo un buen remate del paraguayo y a los 10 minutos, cuando nada hacía presuponer que iba a llegar el gol, “Licha” peina una pelota y esta pega en la mano de Gil Romero, hecho por la que Vigliano marca penal, que el mismo Lisandro concreta.

Con el 2 a 0 aumentaba la desesperación de Aldosivi que comenzó a realizar cambios incorporando delanteros y desarmando esa estructura defensiva, situación que debió aprovechar Racing, pero en esa instancia es como que se distrajo y comenzó a retrasarse, tanto que Lisandro se convirtió en un jugador de toda la cancha, buscando no solo colaborar, sino también despabilar a un equipo que se había adormecido.

El equipo ya no tenía la pelota como en los primeros cuarenta y cinco y encima cuando la recuperaba no salía claro, dándole a los del Tiburón, la posibilidad de sumar gente en ataque y buscar con algún centro ese error, que casi siempre se da en los partidos, para encontrar el gol que nos hubiera complicado.

Lo tuvo Gil Romero y también Rincón, pero Arias volvió a estar seguro.

La desesperación de Coudet viendo a un equipo que ya no tenía el control de partido lo obligo a realizar los cambios de Cvitanich por Cristaldo, Donatti por Díaz lesionado y Barbona por Rojas.
Y justamente este último cambio es el que provoca algunos ataques que pudieron darle a Racing en los últimos minutos la posibilidad de aumentar, cuando justamente Barbona se hace de una pelota por una mala salida de del arquero y en una misma jugada se dan tres posibilidades de convertir (un disparo suyo de media chilena da en el palo).

A mi gusto, el mejor fue Nery Domínguez, que es un puntal donde se lo ponga, demostrando, además, que cuando le toca jugar de central hasta mejora su performance, porque tiene buena marca, es “tiempista” y sabe con la pelota y después la tarea de “Licha” López, porque fue de menor a mayor, con una entrega que contagia hasta el último minuto.
Respecto de Rojas, respetuosamente pienso que, por su carácter y su forma de jugar, para tomar confianza necesita un poco de apoyo emocional, de ese respaldo que le dieron sus compañeros y el propio Coudet, buscando que el público lo despida con aplausos, pero si bien anoche jugo mejor que en otros partidos, digo que su actuación no me pareció destacable para señalarlo como el mejor, por encima de Nery o de “Licha”.

Respecto del resto, la línea de fondo no tuvo tantos inconvenientes, con un Arias atento, un Pillud que cumplió, un Soto que reapareció muy bien y un Sigali que sigue sólido, pero en el medio, que en mi modesta opinión es la zona neurálgica del equipo, ninguno de los volantes está en el nivel que este Racing necesita y eso se nota en sobre todo en la creación, mientras que arriba junto al destacado trabajo de Lisandro, señalo el esfuerzo de un Cristaldo, que hace un trabajo de sacrificio importante y quien, nos guste o no, volvió a convertir.

El final del juego vuelve a encontrar a nuestra querida Academia con un triunfo que lo reacomoda en la parte superior de la tabla, algo que siempre es importante, pero ahora el próximo rival es Boca Juniors y Racing debe mejorar sensiblemente en cuanto a ser más intenso y punzante con sus volantes.

Es evidente que el “Chacho” está buscando al equipo campeón, pero le cuesta encontrar su funcionamiento y como decía más arriba, el tema pasa por el medio campo porque ya no tiene el rendimiento del semestre pasado, y eso lo indica la alternancia permanente de los que juegan en esas posiciones y en la que por lo menos en mi opinión, Barbona es el que ha demostrado tener mas méritos para ocupar un lugar como titular, por ser más agresivo y atrevido, actuando como un despertador para un equipo que a veces parece adormecerse.

Hasta pronto.