El Racing de las luces.
Se vio en el primer tiempo, donde el equipo exhibió una mejoría
notable respecto del partido ante River, asemejándose bastante al de los
primeros tiempos de Coudet, con una línea de fondo que achicó y ganó todos los
duelos, con la seguridad de Sigali y Orban, y con marcadores de punta que se
desdoblaban, donde sobresalió la jerarquía y calidad del chileno Mena.
Dominguez de gran tarea volvía a ser el centro del juego donde
la claridad y el pase preciso fueron su distinción, esta vez mejor acompañado por
Zaracho, Cardozo y Solari mejorados en su juego y contribuyendo además en la
recuperación de la pelota, lo que hacía que Atlético Tucumán prácticamente no
haya incomodado al arquero Arias.
Adelante Lisandro López con más movilidad, se acopló mejor al circuito
de juego, llegando también al área rival y coronando su trabajo con un gol
extraordinario mientras Bou que mostró un nivel superior al del partido
anterior, aunque sin llegar al que nos tenía acostumbrado, con sus movimientos generaba
situaciones, como el que realizó en la jugada del segundo gol, para que Solari rompiendo
líneas, se posicione frente a Lucchetti y esta vez sin cegarse, la toca a la
derecha para que la “Pantera” la empuje al gol.
En síntesis, una primera etapa donde pudimos observar un equipo con todas las luces, porque apareció el
juego asociado, la presión alta, los movimientos y la intensidad, lo que le dieron
a Racing un dominio casi total del partido y la posibilidad de haberse ido al
vestuario con un resultado mucho más amplio.
El Racing de las sombras.
Apareció en la segunda etapa, porque si bien hubo una
intención de sostener lo que tan bien se había hecho en esa primera mitad,
Atlético salió a meter más corazón que juego y dejó de lado toda circulación de
pelota, con la única idea de que la misma llegue al área racinguista por arriba
para que el grandote Díaz peleara todo lo que podía, sumado a los movimientos
de la “pulga” Rodriguez y Cía, buscando apretar a Racing contra su arco.
Y las luces dejaron paso a las sombras, que se llevaron la
claridad y a enredar a Racing en el juego que le presentaba Atlético,
comenzando a realizar lo que menos sabe que es revolear la pelota con la
esperanza de que Bou y “Licha” pudieran encontrar en un contragolpe una nueva
posibilidad de gol.
Los delanteros ya estaban como entregados por el desorden y
por la falta de resto físico.
Bou arrancó dos veces desde la mitad de cancha y se frenó
porque todavía no tiene la potencia que nos deslumbró en el 2014/2015 cuando se
llevaba a la rastra a los defensores rivales.
Cada vez llegaban más pelotas aéreas y con Arias que comenzó
a flaquear en sus decisiones y con volantes que veían pasar el balón se
comenzaron a perder todas las segundas pelotas, lo que fue llevando inseguridad
al andamiaje defensivo.
Pero Coudet, que según él, sabía lo que se venía, no anticipó
los cambios, demorándolos increíblemente.
Además de tarde me parecieron equivocados, tanto que se pudo
haber perdido el partido.
Creo yo, modestamente, que para contrarrestar lo que
proponían los tucumanos, se podía haber reforzado el medio campo o bien reemplazar los
delanteros, cualquiera de las dos variantes a más tardar a los 10 minutos de
comenzado el segundo tiempo, donde ya se podía ver como venía la mano.
Para defender mejor: “Pol” Fernández y Marcelo Díaz por
Cardozo y Solari más Cristaldo o Cuadra por Bou.
Para jugársela de contragolpe por los espacios que según el
Chacho Racing tenía, Cuadra y Cristaldo por Bou y Cardozo y “Pol” Fernández o Marcelo Díaz por “Licha” López.
Pero bueno, esto no deja de ser solo la opinión de un hincha
como lo son muchos de Uds.
Por último y solo con la información que uno puede leer o
escuchar, me gustaría decirle a Coudet que hay que tener cuidado con las
palabras, porque frente a River cuando declara porque lo sacó dice “que porque estaba elongando y si no fuera
por eso nunca sacaría a un jugador tan determinante”
Entonces pienso, si Centurión era tan
determinante, no puede estar en el banco y después declarar que "para este
partido el equipo era sin él", porque si le quiso dar un castigo por mal comportamiento,
no lo hubiera llevado ni siquiera de suplente porque ayer el jugador quedó más
expuesto que nunca y eso no lo benefició ni a Centurión ni al “Chacho”.
A mi gusto y creo que para muchos racinguistas entendemos que
Centurión no puede quedar afuera del equipo, aunque sabemos que camina muchas
veces por la cornisa, por eso sin pedirle que lo habilite para hacer lo que
quiera, puede hacerle cumplir la sanción disciplinaria de otra manera, sin
exponerlo a la vista de todos, porque solo vamos a tener un un jugador
desganado y sin la mínima concentración, por lo que como hincha deseo que una buena charla pueda restablecer la buena
relación del técnico con el jugador, ya que a los dos, los necesitamos ciento
por ciento enchufados y pensando solo en el triunfo.
Por
último espero que las luces de esos primeros 45 minutos puedan continuar
encendidas tiempo completo, para que el equipo vuelva a ser aquel que nos llevó
a ilusionarnos y que nos llenaba los ojos de fútbol.
Hasta pronto.