Que buen triunfo.
Que bueno ver a Racing con estas ganas, con este
estado de ánimo después de dos derrotas y dos empates, porque fortalece y
devuelve la confianza.
Y mientras el “Chacho” sostenenía esa idea que nos llegó
al corazón, la hinchada apoyó, sin cuestionar a Musso y respaldando al “Licha” cuando
erró los penales.
Por eso esta alegría de hoy.
Porque vemos un Racing que siempre, con errores o
no, porque a veces hacen cosas que agrandan al rival, siempre intenta sostener
la idea de jugar lo mejor posible y de buscar el arco rival.
No sé a qué va a llegar, pero por lo menos para mí
es un gusto enorme ver jugar a este equipo, que no solo quiere ganar, sino que
quiere jugar bien.
Y esta noche lo sufrió Vasco da Gama, un equipo que
vino a ver lo que proponía Racing para salir de contra, algo que en la primera
etapa solo consiguió durante un rato, que fue posterior al primer penal errado
por Licha López.
Pero Racing se repuso rápidamente, a través de los jugadores
que cuando se encienden contagian -y eso en el fútbol es algo innegable, en lo bueno y en lo malo- hablo de Centurión que
cada día está volviendo a ser más que nunca, abanderado de esta Academia y de
Matías, el chico de veinte años que jugó diez puntos.
¡Es Zaracho!...¡Chacho!, con una actuación descollante, esplendida, y participando en todos los goles, le permitieron al equipo retomar el manejo del partido, pide a gritos ser titular, en cualquier posición del medio campo,
Por supuesto que hubo en general un buen trabajo de
todo el equipo, comenzando por Musso que si bien no lo exigieron tanto siempre
estuvo bien ubicado, Saravia de gran tarea y cada vez más importante en el esquema, artífice de dos penales a favor, Con Sigali y con Donatti, que ratificando su categoría, con Soto
que a veces parece que se desentiende del juego y a veces irrita, pero que no dejo
de reconocérselo, siempre la quiere y siempre trata de jugarla.
De un medio campo donde, hoy podemos disfrutar de la
calidad de un Nery Domínguez, que difícilmente pierda una pelota y que siempre
es salida limpia, incluso de un Solari que sin pertenecer al grupo del buen
pie, busca acoplarse a ese circuito que tiene buen manejo, pero donde no hay
dudas que brillan Centurión y Zaracho, porque fueron siempre opciones para comenzar
o terminar la jugadas.
Y adelante Lautaro, con algunos gestos que indican
que está recuperando el nivel que tenía antes de ser convocado a la selección y
de Lisandro López, que realizó una buena tarea, quizás algo desteñida por los
penales errados.
Racing debe de alguna manera responder de la misma
forma como visitante y el próximo partido tiene mucho de emocional, por el
sentimiento natural e inevitable de Coudet con el equipo del cual es hincha,
entendiendo que, a pesar de la forma que el ama a la otra “academia”, tendrá
que dejar los sentimientos al margen y apelar a la profesionalidad más fría
pero de alguna manera responsable y exigente, para que Racing pueda cumplir un
buen papel en Rosario y traerse el triunfo que tanto necesita para seguir
aspirando a la Libertadores del próximo año.
Es duro pero es la realidad.
Los cambios estuvieron acertados, entendiendo lógico
el de Barbieri, que debe controlar su “agresividad”, por Sigali, que
amonestado, podía dejar el equipo con
diez, el de Meli, que si bien no desentonó no termina de llenarte lo
ojos por Centurión y el de Mansilla, más picante y más metido que en partidos
anteriores, por Lautaro.
No hay que aflojar en la Copa Libertadores, ni darse
por vencido en la Superliga.
Hay mucho camino por recorrer y este triunfo debe
ser el punto de encuentro para volver a ser el equipo que nos ilusionó tanto.
Hasta pronto.