Como pensar que este equipo puede entrar a la
Libertadores con todas las ventajas que da en cada partido.
Es realmente llamativo el desorden y como un solo
jugador (Medina) complicó a todos los defensores.
La idea del equipo marplatense fue sencilla, dejar que la
pelota la tenga cualquiera de los defensores o de los volantes centrales de
Racing, porque de seguro la mayoría de las veces tomarían malas decisiones y de
allí se podría generar salía un buen contragolpe.
Racing dominó casi a voluntad en la primera etapa y
las pocas posibilidades se gestaron desde los costados, a través de Cuadra y
Rosales que complicaban a sus marcadores y había alguna chance de generar una
jugada de gol, pero abundaron los centros y escasearon las ideas, por lo que se
desperdiciaron intentos y eso genera cansancio físico y mental, a lo que hay
que sumarle el gol de Aldosivi, donde entre Pillud y Orión se llevaron las
responsabilidades.
En la segunda parte todo fue más peleado, ya sin Cuadra
y con un Rosales casi desaparecido, la única instancia era Brian Mansilla y el
chico tuvo buenas y malas, lo que le dio ánimo al “tiburón” para soltarse un
poco sabiendo que la defensa académica ayudaba con sus errores, y crearon
algunas situaciones que desperdiciaron y otra como un disparo de Lugüercio, que
Orión desvió de buena forma sobre su palo derecho.
Uno espera en cada partido ver un mejor Racing, pero
creo que no debemos ilusionarnos, es imposible que esto se revierta en una
semana con los mismos jugadores.
Porque se nota en los fastidios de Vittor o de
Pillud, que ya no es el primer partido que pasa, pero no sé de qué se quejan,
si con la pelota en los pies cometen errores imperdonables, al igual que Torsiglieri con esas infracciones
infantiles y que me llevan a decir que de todo lo malo de atrás, Insúa que no
juega bien, por lo menos intenta atacar y tiene algunos movimientos que ayudan.
Lo del medio ya aburre, porque Aued, aunque juegue
mal sigue sin salir y además por querer hacer todo termina embarullado y
confundido, a lo que se suma un Videla que no puede hacer lo que lo hizo
brillar en el 2014 y entonces solo está para tocar una pelota cerca, ya que su fuerte
no es asistir con pases largos.
En un momento pensé en Vizmara, abandonado y desperdiciado durante el último año por lo menos, pero que goza de lujosas y extraordinarias vacaciones pagas en lugar de haberlo puesto a punto y darle su oportunidad en esta carencia de volantes con buen pie que tiene el equipo, porque tan mal jugador no es y si se lo castigó por su lentitud, acordemos que hoy también son lentos los volantes centrales actuales.
Por último llego al sector del equipo que más se puede confiar, donde Cuadra aún jugando como volante por la derecha, estaba complicando a sus marcadores, pero sufrió una fuerte
infracción y tuvo que ser reemplazado por Brian Mansilla al comienzo del segundo tiempo, Rosales que tuvo un aceptable primer tiempo, decayó mucho en el segundo al pasar al sector opuesto y de los dos
delanteros, con dolor debo
decir que hoy por hoy, Licha aunque se esfuerza sigue bajo, lo
que le hizo perder confianza, y el único que está a punto y
sigue siendo la carta de triunfo es Lautaro Martínez, quien nuevamente volvió
mostrar su excelente momento al convertir el empate, que no alcanzó.
Pero en la cancha suceden pequeñas cosas que son
fruto no solo de la desesperación, sino también de ciertas torpezas que preocupan
y mucho, como chocarse entre ellos o como los jugadores rivales recibían
los rebotes o segundas pelotas, rodeados de gente de Racing y con un toque
salían con tranquilidad en medio de ellos.
Se ve en las caras... que el equipo tiene problemas sin solución a la vista, en las caras de los jugadores que muestran incertidumbre y desconcierto y en la del técnico tanto en el campo de juego como en la conferencia de prensa, donde con palabras sin convicción buscó convencernos y quizás convencerse de que todavía hay chance, pero en realidad su expresión pareció
mostrar signos de cansancio, de estar vencido, diría casi entregado.
No hace falta ser un experto en gestos para darse cuenta de que el técnico está contrariado, decepcionado, como lo estamos nosotros los hinchas, pero el tiene mucha responsabilidad sobre lo
que está pasando con este equipo que parece haber perdido la brújula, que no
sabe si defender o atacar y que nos sorprende con cambios como el de Cerro, que no juega hace tiempo y que se dice que no le van a renovar, jugador que seguramente no cuenta con su mejor ánimo, cuando podría haber recurrido a Vietto o a Zaracho, si lo que buscaba era desequilibrar o tener alguna
presencia más en el área.
Ya pasamos en la Sudamericana y ojalá pasemos en la
Copa Argentina, para que en la continuidad de ambas tengamos un equipo que
pueda ganar alguna de esas opciones y entrar a la Libertadores, porque esta
actualidad, por lo menos a mí, no me permite ser optimista para lograrlo en este torneo que
finaliza dentro de tres fechas.
Hasta pronto.