Cuando uno está en la oscuridad total o en medio de
una neblina densa y absoluta, no sabe para dónde ir, no ubica las cosas, no
tiene distancia, es decir la desorientación es total y algo parecido le paso a Racing en los primeros 45
minutos…con la salvedad de que en el minuto de descuento, el destino hizo que
pueda ver algo de claridad, para tranquilizarse y retomar el camino correcto.
Racing estaba nocaut, había recibido dos
golpes tremendos, de esos que te dejan fuera de combate, sin piernas, sin
movilidad y sin poder pensar, es decir no tenía la más puta idea de que hacer
para escaparle al golpe final.
Me decía en mi soledad, mal te veo mi querida
Academia...
Una línea de fondo con 5 jugadores para no marcar a
nadie, sin llegadas al arco rival, salvo dos centros de Grimi como para decir que
"atacábamos", un medio campo desarticulado donde Arévalo Ríos y el
“Pulpo” González corrían sin ton ni son, porque estaban muy separados de la
última línea y luchaban casi solos contra un medio campo poblado del DIM, que tenía la supremacía total del partido, con el poco aporte Noir y de Zaracho, en el tema recuperación.
Y adelante el pobre Cuadra que jugaba al solitario.
Además una pelota que el DIM la dominaba perfectamente, pero para los jugadores de Racing parecía parecía saltarina, como de plástico.
Y entonces con ese dominio total de los colombianos sucedió lo que no esperábamos, por lo menos no tan pronto y fue a los 4 minutos, cuando logran el primer gol, pero lo peor es que a los 25 convierten el segundo, ante un Musso que nada pudo hacer en los dos “fusilamientos” y que preanunciaba una catástrofe total, porque con este resultado clasificaba el DIM.
Mientras los jugadores académicos faltos de reacción, tanto en lo físico como lo mental, solo miraban la fiesta colombiana, seguramente el “siamo fuori” habrá pasado por muchas de las mentes de los hinchas racinguistas...
Pero de pronto y dentro de ese panorama desalentador, se produce lo que llamaríamos, un “milagro”, porque en el descuento llega el gol de la esperanza, el que le permite a Racing ver un algo de luz para tratar de encontrar la salida del laberinto en que estaba metido, cuando Zaracho, desde la izquierda lanza un centro, que el “Pulpo” González va a buscar muy bien y convierte cabeceando al segundo palo.
Un Racing casi “grogui” pudo meter una mano importante
antes que suene la campana, y de alguna manera le avisaba a su rival que "no
estaba muerto…estaba medio herido".
Descanso, reflexión y cambio de postura para la segunda mitad, porque el equipo acercó más sus líneas y detrás de los volantes académicos ya no existía ese gran patio donde los del DIM jugaban como en su casa.
Ahora Racing se posicionaba más en campo rival que en el propio y entonces se comenzó a ver una lenta pero creciente mejora, en Arévalo Ríos, en Patiño, en Orban, Cuadra y en el "Pulpo" que se hizo sentir en la lucha y tuvo apariciones interesantes, como en el gol y en el pase a Licha sobre el final.
Pero el que va sumando elogios es el “chico” Zaracho, porque siempre quiso la pelota y porque tuvo participación en dos de los tres goles, además de mostrar que se puede contar con él, para generar algo de fútbol.
Como en el segundo gol, cuando tras un pelotazo largo sobre la derecha de la defensa colombiana, la gana a su marcador, entra al área y sobre la línea de fondo pega un enganche y freno ante la desesperada tirada al piso de su rival, y la pelota toca su brazo extendido por lo que el juez concede el tiro penal.
Un poco de sorpresa provocó, ante tantos jugadores con más experiencia, ver que Cuadra tomó la pelota para patearlo, pero a Maxi se lo veía tranquilo, y su sonrisa se hizo ancha al convertirlo y empatar el partido.
Ahora mientras Racing ganaba en tranquilidad, la desorientación y los cortocircuitos pasaban al bando colombiano, de tal forma que minutos después del gol del empate hay un fuerte golpe a Grimi de parte de Toloza, quien se gana la expulsión.
Mansilla a los 15 minutos, había reemplazado a Noir, de floja actuación, a los 24 Licha López reemplazó a Cuadra y a los 30 Rosales hace lo propio con Zaracho.
Racing hacía circular muy bien la pelota, lo que ponía muy nervioso a los integrantes del DIM, y eso provocó que a los 35 minutos una mala entrada de Saiz lo lleve a la segunda amarilla, convirtiéndose en el segundo jugador expulsado.
El partido se iba extinguiendo, Racing se sentía más seguro y pudo aumentar con una jugada donde Rosales se jugó la individual cuando Licha esperaba su pase, pero después, ya en el descuento y con un DIM totalmente desordenado, un buen pase del “Pulpo” lo deja a Licha mano a mano frente al arquero que le tapa su remate, pero al recibirla muestra su clase con un toque al medio del área para Brian Mansilla que acompañaba quien después de dominarla la clava arriba convirtiendo el tercer y lapidario gol para el triunfo final.
Finalmente, me parece que mucho de lo mal que se jugó en la primera parte, se debió fundamentalmente a que falló el sistema aplicado por Cocca y eso, más el gol recibido casi en el túnel, desorientó a los jugadores, que no daban pie con bola saliendo siempre a destiempo.
Lo más flojo se vio en Vittor, que por confianza o por sobrar la jugada comete graves errores en defensa, en Pillud que continúa dando ventajas y en Noir que no participó ni en defensa ni en ataque.
Desde mi punto de vista, considero que atrás debería volver a la línea de cuatro para que Arévalo Ríos pueda tener un volante adjunto de recuperación y de esa manera darle más libertad a Zaracho y al “Pulpo” para generar juego y acompañar a los dos de punta.
Hay mucho que mejorar para enfrentar los próximos partidos, sobre todo a Corintintias de Brasil, quien viene en gran nivel y Cocca debe poner a punto un equipo con incorporaciones nuevas, que todavía está de pretemporada, sin velocidad y sin ritmo real de competencia.
Creo que más que nunca debemos tener paciencia.
Hasta pronto.