Todo el equipo mejoró.
Se lo vio más sólido, más concentrado en la recuperación y con gran
decisión para ir a buscar desnivelar cuando se volcaba en ataque, que esta vez
contó con la vuelta de un Lisandro López
encendido.
Pero Racing además cuenta con un jugador hoy por hoy insustituible, un
jugador que parece tener un organismo casi cibernético: “Terminator” Acuña, ya que se adapta a todos los sistemas, hace
goles, ataca y defiende con la misma intensidad y que es difícil de parar sin golpes.
Y los dos, Licha y el “Huevo”, comienzan a conformar un dúo que puede ser
tan importante como aquella dupla que formaron Milito y Bou en el equipo
campeón.
Esta vez los cambios fueron efectivos, le cayeron bien al equipo, porque el
“Pulpo” González fue importante y Ortiz cumplió una buena tarea, algo que
tranquiliza, porque si mantiene este nivel con toda seguridad puede pelear un
puesto de titular en la defensa.
Racing está a búsqueda de consolidar un sistema donde vuelva a tener puntos fuertes comenzando por el buen nivel de
Orión que sigue mostrando esa tranquilidad y seguridad que transmite al resto
de sus compañeros, la solidez de Sánchez y la entrega de Grimi, para conformar una
defensa donde posiblemente el que más sufrió fue Pillud, quizás porque delante
de él tuvo a un Romero que aunque se esforzó sufre mucho esa tarea, lo que afecta
sus reales virtudes, ya que ese trabajo, que no siente, le quita claridad y
frescura para aplicar a la creación, la que recae en Aued, que aunque tuvo mucha
actitud, estuvo impreciso en los pases.
Y arriba Bou, todavía en la búsqueda del nivel que supo tener cuando lo
hacía acompañado de Diego Milito, pero que por ahora le sigue costando alcanzar,
aunque creo que si se le da el gol ( ayer el travesaño se lo negó ) puede ser
un aliciente anímico importante.
Gran triunfo ante Vélez que no solo lo sigue posicionando cerca de la punta
sino que parece que va queriendo ser el equipo que el “Ruso” Zielinski aspira y
que seguramente todos los hinchas estamos esperando.
Hasta pronto.