Desde el momento que Diego Milito decidió dejar el fútbol
activo como profesional, sumado a la partida de Saja y a las declaraciones de
Sava cuando expresó que varios jugadores le dijeron que se querían ir del club,
pareció ser la señal de largada para que después de una gran lucha por lograr
objetivos que nunca se alcanzaron, en Racing y por distintas razones, parece
comenzar una especie de éxodo que no sabremos cuando tendrá fin.
Quizás aquella situación de Bou fue un anticipo, que
posiblemente no llegó a mayores en ese momento por la presencia de Milito,
aunque dejó una profunda herida entre el jugador y la dirigencia, pero ahora la
situación de Lollo da para pensar si aquel comentario del técnico al finalizar
el torneo, no era un aviso de que algo se
rompió dentro del plantel, vaya a saber qué, porque un jugador que se ganó el
reconocimiento y fue vitoreado por todos nosotros, termina generando una
situación por lo menos confusa para el hincha de Racing.
También debemos entender que los hinchas a veces nos
excedemos en alabar tanto a un jugador, que hasta hace apenas 2 años era uno
más de los muchos jugadores de primera, pero la pasión no nos permite comprender
de que ellos están en tránsito y que como profesionales su meta es ganar más
dinero a través de su paso a otras entidades.
Por eso debemos tener cuidado y comprender que a los únicos
que le podemos aceptar que se besen la camiseta son los que nacieron en Racing
y si deseamos distinguir y elogiar a alguien que llegó al club, debemos saber
quién se los tiene bien ganados, como es el caso de Saja, que se retira después
de haber defendido el arco de Racing con total responsabilidad en los malos y
en los buenos momentos y cuando tranquilamente su salida podía haberla
concretado en los tiempos que el club peleaba los últimos puestos.
Sava fue ratificado, pero ya no cuenta ni con Milito, ni con
Saja, ni con Lollo y posiblemente tampoco
lo pueda hacer con Pillud, con Bou y con Roger Martinez, pero así y todo Racing está obligado a no dejar caer la vara de esta
historia que comenzó en Junio del 2014, es decir sostener el nivel que lo ubicó entre los mejores equipos de Argentina, por eso la
CD debe tratar de minimizar los errores a la hora de traer refuerzos.
Porque, sin saber de quien fue la decisión de contratarlos, no
es lógico que a menos de seis meses de arribados al club, uno escuche que se busca
la salida de Vizmara y aparentemente de Vittor por sus bajos rendimientos, pues eso indica
que una de las partes cometió un gran error y que no hubo un profundo análisis
sobre cada uno de ellos, pero así y todo creo que ambos son merecedores de una
nueva oportunidad, porque recordemos que hubo muchos jugadores que tuvieron
desempeños mucho más flojos y fueron sostenidos durante un año o más tiempo, o
bien lo que sucedió, por ejemplo, con Nicolás
Sánchez en el 2014, quien a los pocos partidos pasó a ser suplente de
Cabral y al año siguiente todo se dio a
la inversa, volviendo a ser un titular prácticamente indiscutible.