La salida de Milito implica la pérdida no solo de un gran jugador, de un
ganador, de un referente, de un hincha de Racing, sino la de una persona que
llegó para liderar un plantel, inculcándoles con su ejemplo y desde el respeto,
las premisas más importantes donde conjugan las exigentes obligaciones
profesionales y la sana competencia interna, que como resultado de la misma
confluyen en una buena convivencia, facetas esenciales para poder aspirar al
éxito deportivo.
Creo que Milito tuvo mucho que ver con el crecimiento de algunos jugadores y
con todo ese derrotero donde Racing fue creciendo como equipo ganador hasta
consagrarse campeón, porque él fue sin lugar a dudas, el guía que llevó por el
camino indicado a un plantel sumamente competitivo, donde todos sabemos los
egos salen a luz rápidamente.
Su transparencia como persona, su palabra precisa, su entrega profesional y
fundamentalmente su claridad en todos sus actos, nunca le dieron lugar a que
hubiera una mirada de disconformidad de parte de sus compañeros, aún en su
momento más brillante cuando se logra el campeonato del 2014, donde, quizás desbordado
por el amor de los hinchas, podría haberse adjudicado la gloria y no fue así, por
eso hoy sale a flote el dolor que sienten los jugadores del plantel de perderlo
como compañero, pero fundamentalmente porque los potenciaba y los contenía, estando
en cancha o en el banco.
Contrariamente al decir popular (que expresa que un líder “se hace”), considero
que la capacidad de liderar no se aprende, se trae en los genes, solo que esa
persona lo saca a relucir cuando la oportunidad lo amerita, por eso pienso que Diego Milito nació para ser
líder, porque arriesgando su prestigio y
trayectoria, decidió volver a Racing en un momento difícil para ayudar a armar
un plantel que pudiera ilusionar a todos los hinchas y se puso al frente con
una comunicación que buscó integrar a todos, sin egoísmo y sin soberbia, luchando
y se esforzándose desde el vamos como uno más junto a sus compañeros, buscando siempre
ser verdadero, aún en los momentos más difíciles.
No será fácil para un plantel que creció de golpe a su lado encontrar su
sucesor, aun contando con jugadores como Saja, Aued, Lollo e Ibañez, que tuvieron
su cuota parte de importancia en estos últimos años, pero sería interesante que
pudiera ocupar ese lugar, alguien con idéntico sentido de pertenencia al de
Milito y creo que Lisandro López, que tiene raíces originales, puede lograrlo, porque
seguramente con otro perfil comunicativo, posee virtudes que pueden llevarlo a
tomar el liderazgo que deja el “Príncipe”.
Como hincha me entristece este momento, porque hay personas que uno desea
que no se retiren nunca, por todo lo que transmiten, por eso sería muy valioso,
que Milito pudiera continuar ligado al club y al plantel, obviamente desde otra
función profesional, aportando toda su sabiduría y experiencia, para que Racing
siga creciendo.
Hasta pronto