domingo, 27 de septiembre de 2015

El toque de Romero le dió sabor al triunfo.


Era un partido que en un  previo análisis daba para pensar en un triunfo seguro, ya que Argentinos venía golpeado anímicamente y además no contaba con algunos jugadores de importancia para su equipo.
Y así pareció desde el vamos en ese primer tiempo, pero algo lo impedía, porque Racing que tuvo todo a su favor, por la buena tarea del equipo y por las facilidades que daban los de la Paternal, no podía concretar las oportunidades que se le presentaban para cerrar el partido en esa primera parte.
Racing no le dio respiro y posiblemente por el apresuramiento de Bou o de Milito, sumado a la buena tarea del arquero Gabbarini, hacían que no se pudiera abrir el marcador ante un equipo que se lo veía endeble y frágil.
Argentinos solo intentó en un par de oportunidades con pelotas cruzadas, insinuaciones que eran producto de las desatenciones lógicas de un conjunto que intensamente busca convertir ese primer gol que abra el partido.
Pero no pudo ser y así finalizaron los primeros 45 minutos, donde como detalle se puede contar el cambio de Gastón Díaz por Grimi lesionado, cambio que, siempre a mi gusto como hincha, no me pareció muy acertado ya que Argentinos solo atacaba con un punta, por lo que hubiera preferido que entrara Pavone o en todo caso Acuña, para adelantar a Noir que poco y nada pesaba en el juego como volante.
Pero como muchos opinamos y solo decide uno, estos conceptos no son más que una modestia consideración sobre lo que debía haber pasado y que finalmente no pasó.
En la segunda parte los “bichitos colorados” modificaron su posición en el campo de juego refugiándose en su campo y construyendo una muralla defensiva, que obligaba a Racing a buscar como romper esa pared.
Crecían Romero y Aued, mientras los centrales estaban firmes y parados en la mitad de cancha, pero cada vez le costaba más encontrar un hueco por donde entrarle a Argentinos Juniors y el partido comenzaba como a  dormirse, porque llega un momento en que el cansancio parece oscurecer las ideas y esto hace que se entre en un sin fin de centros porque no se le encuentra la vuelta, lo que termina casi bajando los brazos e incluso distraerse dándole la posibilidad a un rival que no intentaba atacar nunca y la tuvo, aunque por suerte Saja en gran reacción pudo desviar esa pelota.
Los cambios reflejan una búsqueda y le dieron un poco más de energía a esos intentos, que le permitieron a Racing intensificar sus ataques generando más situaciones como para despertar de ese semi-adormecimiento.
Y cuando todo parecía derrumbarse, esa presión tuvo sus frutos sobre el final del encuentro, cuando Romero pisando el área saca un zurdazo cruzado impresionante que se mete junto al palo izquierdo de Gabbarini, poniéndole justicia al marcador.
El toque de Romero le dió sabor al triunfo con un golazo que le permite a Racing seguir bien ubicado, además de enfrentar con otras expectativas los minutos que restan contra Godoy Cruz el próximo miércoles.
Sin dejar de aceptar que Romero realiza muy buenas asistencias, coincido con Cocca que debe jugar más cerca del área, -aunque no entiendo porque lo hace jugar habitualmente de carrilero-, porque le pega bien, es hábil, rápido, liviano y tiene el descaro necesario que le puede dar a Racing esa cuota de frescura que tenía con Centurión, con Vietto o con De Paul.
Una reflexión sobre la expulsión de Franzoia por plancha a la rodilla de Aued.
Creo que no se debe decir más que no hubo intención en este tipo de jugadas, ya que ya sea un caño, un sombrero o una plancha, siempre la mente ordena que hacer y los jugadores deberán hacerse cargo de dichas situaciones y no andar esgrimiendo la falsa excusa de la no intencionalidad.
Hasta pronto.