Era un
partido que en un previo análisis daba
para pensar en un triunfo seguro, ya que Argentinos venía golpeado anímicamente y además no
contaba con algunos jugadores de importancia para su equipo.
Y así pareció
desde el vamos en ese primer tiempo, pero algo lo impedía, porque Racing que
tuvo todo a su favor, por la buena tarea del equipo y por las facilidades que
daban los de la Paternal, no podía concretar las oportunidades que se le
presentaban para cerrar el partido en esa primera parte.
Racing no
le dio respiro y posiblemente por el apresuramiento de Bou o de Milito, sumado a la buena tarea del arquero Gabbarini, hacían que no se pudiera abrir el
marcador ante un equipo que se lo veía endeble y frágil.
Argentinos
solo intentó en un par de oportunidades con pelotas cruzadas, insinuaciones que
eran producto de las desatenciones lógicas de un conjunto que intensamente
busca convertir ese primer gol que abra el partido.
Pero no
pudo ser y así finalizaron los primeros 45 minutos, donde como detalle se puede
contar el cambio de Gastón Díaz por Grimi lesionado, cambio que, siempre a mi
gusto como hincha, no me pareció muy acertado ya que Argentinos solo atacaba
con un punta, por lo que hubiera preferido que entrara Pavone o en todo caso Acuña, para adelantar a Noir que poco y nada pesaba en el juego como volante.
Pero como
muchos opinamos y solo decide uno, estos conceptos no son más que una modestia
consideración sobre lo que debía haber pasado y que finalmente no pasó.
En la
segunda parte los “bichitos colorados” modificaron su posición en el campo de
juego refugiándose en su campo y construyendo una muralla defensiva, que
obligaba a Racing a buscar como romper esa pared.
Crecían
Romero y Aued, mientras los centrales estaban firmes y parados en la mitad de
cancha, pero cada vez le costaba más encontrar un hueco por donde entrarle a
Argentinos Juniors y el partido comenzaba como a dormirse, porque llega un momento en que el
cansancio parece oscurecer las ideas y esto hace que se entre en un sin fin de centros
porque no se le encuentra la vuelta, lo que termina casi bajando los brazos e
incluso distraerse dándole la posibilidad a un rival que no intentaba atacar
nunca y la tuvo, aunque por suerte Saja en gran reacción pudo desviar esa
pelota.
Los
cambios reflejan una búsqueda y le dieron un poco más de energía a esos
intentos, que le permitieron a Racing intensificar sus ataques generando más
situaciones como para despertar de ese semi-adormecimiento.
Y cuando
todo parecía derrumbarse, esa presión tuvo sus frutos sobre el final del
encuentro, cuando Romero pisando el área saca un zurdazo cruzado impresionante
que se mete junto al palo izquierdo de Gabbarini, poniéndole justicia al
marcador.
El toque de Romero le dió sabor al triunfo con un golazo que le permite a Racing seguir bien ubicado,
además de enfrentar con otras expectativas los minutos que restan contra Godoy
Cruz el próximo miércoles.
Sin dejar
de aceptar que Romero realiza muy buenas asistencias, coincido con Cocca que debe
jugar más cerca del área, -aunque no entiendo porque lo hace jugar
habitualmente de carrilero-, porque le pega bien, es hábil, rápido, liviano y
tiene el descaro necesario que le puede dar a Racing esa cuota de frescura que
tenía con Centurión, con Vietto o con De Paul.
Una
reflexión sobre la expulsión de Franzoia por plancha a la rodilla de Aued.
Creo que
no se debe decir más que no hubo intención en este tipo de jugadas, ya que ya
sea un caño, un sombrero o una plancha, siempre la mente ordena que hacer y los
jugadores deberán hacerse cargo de dichas situaciones y no andar esgrimiendo la
falsa excusa de la no intencionalidad.
Hasta pronto.