Sin dudas sin Milito hubiera sido muy difícil que Racing
hubiera logrado el campeonato, porque hoy quedó demostrado una vez más que su
figura y su sentimiento de amor y de pertenencia por la camiseta, genera en los
demás integrantes una admiración y respeto real que los contagia y los impulsa
a dar hasta el último esfuerzo.
Milito,
fue patrón y sota de un equipo ganador desde el vamos, porque estuvo
muy activo, se volvió a destacar en
el juego, convirtió el penal que le dio el triunfo a la Academia y participó de
la mayoría de las jugadas de peligro de un Racing que nunca claudicó y que por
momentos jugó de buena forma, a pesar de estar fatigados por el partido ante
Guaraní.
También hay que destacar el buen retorno de Aued, a quien
felizmente se lo vio muy bien mientras le dio el físico y sin desesperación y
con buena entrega, demostró que el equipo cambia para bien con su presencia, de
Saja que salvo un rechazo con los puños estuvo muy seguro, de Grimi que no luce
pero es de lo más sólido de la línea de fondo, de Bou que cada vez que se lo
propone hace un desparramo aunque a veces –quizás por cansancio- no decidió
bien el último pase y de Acuña que trabajó muy bien sobre la izquierda el
primer tiempo y luchó mucho en el segundo.
Buena tarea de Lollo, Cabral y Videla, correcto Romero en la primera parte y algo flojo Pillud, mientras Cerro, Camacho y Díaz cumplieron en el tiempo que estuvieron.
Del partido en sí digo que en el primer tiempo, no hubo
tantas situaciones de gol en ambas áreas, porque Racing tuvo la de Bou que le tapa Rodriguez y Milito no puede empujarla y la del penal, contra
la del rojo tuvo una sola que tapa Saja.
En la segunda parte, el retroceso de Racing permitió que
Independiente se adelantara en el campo y eso mostró una imagen que en realidad
podía confundir, porque si bien atacaba con mucha gente, jugadas de peligro claras
no hubo, mientras que la Academia, con menor resto físico tuvo 3 o 4 como para definir
el encuentro mucho tiempo antes, siendo las más destacables la del “Principe”
que elude a Rodriguez pero -según contó
él,- el dolor de su “calambre” en la
derecha no lo deja afirmarse para definir bien de zurda y también la de la
jugada preparada en el tiro libre.
Ahora llega el tiempo de revancha, pero con un aspecto
distinto, porque este triunfo nos devolvió la sonrisa y nos alimenta el
espíritu lo que le permite a Racing encarar los días previos al jueves con un
alto estado de ánimo, buscando dar vuelta el resultado negativo que se obtuvo
en Paraguay.
Con este Milito y este equipo la esperanza está intacta.
Hasta pronto