Volver a ver a Racing ya me ponía feliz.
Pero fundamentalmente estoy contento, porque este equipo me sigue
transmitiendo desde sus últimos encuentros del torneo pasado, que lo llevaron a
ganar el campeonato, esa confianza de que no solo va a ser difícil que pierda,
sino que puede tranquilamente ganar o remontar un resultado adverso, como ayer,
donde ya perdía a los pocos segundos de iniciado el encuentro.
El triunfo es muy merecido, porque supo dar vuelta un
resultado teniendo paciencia para encontrar el juego y las oportunidades para
atacar a Boca y a partir de los 15 minutos
Racing comenzó a avisar con un mano a mano de Bou que salva Orión,
mientras Centurión iba camino a convertirse en el abanderado de este Racing,
trabajando sobre la izquierda en toda la franja, pero sin abandonar ese
atrevimiento para encarar y provocar jugadas de peligro.
Y llegó el empate en una jugada
donde Milito dejó expuesta su capacidad, realizando un movimiento sin pelota
que sorprendió a los centrales de Boca y dejó solo a Bou nuevamente frente a
Orión, pero esta vez definió con clase.
Racing fue creciendo más y más
buscando el triunfo y llega el segundo gol en una jugada que comienza Centurión
que supo cuerpear una pelota, para luego asistir a Bou quien la ubica al medio
del área para que Milito convierta.
Si se quiere, una devolución de
gentilezas de este goleador, que ya debemos aceptar que, no solo hace goles
sino que ha demostrado que es muy inteligente.
El juego de Centurión iba en
aumento y se tornaba imparable, por lo que se había convertido en el “buscado”
por los jugadores boquenses.
Eso llevó a Boca a la locura y 2 minutos después Erbes le
aplica un codazo y es expulsado, después Gago es amonestado por infracción a
“Centu” y posteriormente llega la patada artera y de malaleche de Marín a la
altura del gemelo de “Ricky”, que lo deja fuera del partido temiendo lo peor,
mientras Boca quedaba con 9 jugadores.
Lo que pasó simplemente fue que ante una misma situación (
ir perdiendo) , Racing respondió con
juego y Boca lo hizo con golpes, diferencia que quedó expuesta en la
cancha.
Después era cuestión de no arriesgar el físico y dejar que
pase el tiempo que por decantación tenían que llegar más goles y así fue, dos
goles más de Bou, quien se alzó con una tripleta o hat-trick ,
como más les guste decir.
Como
nota distintiva y aunque Boca estaba con dos hombre menos, el enganche de Brian Fernández ante
Orión en el
último gol de Racing fue un gesto de un jugador de potrero, atrevido, pero no
egoísta, ya que pudiendo convertir fue generoso con un pase para Acevedo quien
alarga a Bou para que convierta en su noche inolvidable.
Por último digo que lo de Diego Milito es de excelencia.
A su juego, que muestra un brillo diferente, le suma valores
muy significativos, tales como su humildad, su ascendencia natural sobre el
grupo y sus sensatas declaraciones.
Un jugador con proyección dirigencial de alto nivel para el
futuro de nuestro querido Racing.
Hasta pronto.