Daría la sensación que algo pasa
en el plantel porque los jugadores parecen tener la cabeza en otra cosa y
quizás sea cierto, dado que esa sensación de temor, de inseguridad y de
desorden que el equipo mostró en la mayor parte del torneo Inicial del 2013
hasta la llegada de Merlo, volvió a instalarse nuevamente en el seno del
equipo.
Y esta vez se está llevando a la
rastra a “Mostaza” quien parece haber perdido esa convicción y esa confianza
con la que asumió y que fue lo que le transmitió al plantel logrando esos
puntos tan necesarios.
Pero de aquel equipo bastante
sólido y seguro en su andar, que incluso mantuvo en el verano, por lo que hoy
pudimos ver ya no queda nada.
Lanús jugaba por momentos a
voluntad tocando entre líneas mientras los jugadores de Racing los corrían sin
poder recuperar ninguna pelota. Los volantes de Racing no se encontraban para
nada cómodos y la defensa tampoco hacía pie por lo que solo se sacaban la
pelota de encima con un rechazo largo a la buena de Dios, rogando que caiga
cerca de Vietto o de Hauche.
Los granates no tuvieron muchas
situaciones de gol pero pateaban desde afuera del área y uno de esos disparos
pegó en el travesaño, pero el siguiente -ante un despeje horroroso y
desesperado de Saveljich- el volante
Barrientos convirtió el gol.
Lamentable por donde se lo mire el
primer tiempo de Racing.
El segundo tiempo presentó a De
Paul por Villar, y el pibe le dio un poco de juego, sobre todo en los primeros
30 minutos pero hay jugadores que están muy, pero muy bajos, como el caso de
Vietto, por lo que Racing no pudo concretar el par de situaciones que tuvo.
Después entraron Viola y
Camoranessi por Campi y Hauche y en ese partido más abierto parecía que se
podría aspirar a que alguna jugada finalizara en gol, y sobre el final una
pelota larga sobra a la defensa de Lanús dejando a Vietto solo sobre un costado
del área quien en forma egoísta prefirió tirar al arco en lugar de buscar a
Viola quien había quedado en posición de gol.
De todas maneras, poco, muy poco de todos y eso es como
nada. Hasta Cerro entró en el desorden y la desesperación lo que lo llevó a
ganarse la quinta amarilla y no estar contra Boca.
A la vista se nota que no hay ambición alguna, ni fuerza
anímica ni convicción, hay más resignación que otra cosa. Solo insinuaciones sin sustento alguno.
Estamos frente a las
puertas del horno, porque la situación
está difícil, tensa y complicada, pero algo debe pasar para que esto cambie.
Mi esperanza radica en la experiencia de Merlo quien debe volver
a las fuentes, aquellas que le dieron al equipo ese sentido de solidaridad, de
entrega y de convencimiento que hoy reclamamos todos los hinchas.
Porque si esto no cambia radicalmente, en los próximos diez
días donde nos enfrentamos con Boca y Newell’s, podemos dar esos pocos pasos
que nos introducirían en ese horno bien caliente y allí ya no habría mucho
tiempo para que alguien nos salve del infierno.
Hasta pronto.