Racing quiere...pero no quiere.
Es cierto que el clásico se juega en la cabeza de todo Racing mucho tiempo antes de la fecha establecida, pero este era un partido para buscar estar más cerca de Boca y sobre todo dejar una mejor impresión para que el hincha pueda llevarse una imagen más sólida de este equipo quien aparece como el que le puede pelear a Boca el campeonato.
Racing presentó un equipo que buscaba monopolizar la pelota liberando a Gio para que seguramente éste pueda estar más cerca de Teo y para que Toranzo pueda jugar más cerca de los dos colombianos, por eso la presencia de un volante natural como Aued en lugar de Hauche.
Con un Gío intermitente y de flojo partido – se lo veía como cansado- y un Toranzo que alternó buenas y malas, Racing no tuvo peso en los avances aunque Teo tuvo en sus pies la jugada más clara para abrir el marcador – justamente un buen pase de Toranzo- e increíblemente la desperdició. El segundo tiempo obligó a Teo a salir mucho del área estacionándose por momentos sobre la derecha haciendo un trabajo donde no hacía pesar sus mejores atributos y desperdiciaba su esfuerzo.
Una cosa es salir del área en algunas jugadas para volver a entrar sorprendiendo y otra es bajar tanto que dejar de ser peligroso para las defensas rivales.
Lo mejor de Racing fue una ráfaga en el segundo tiempo ya sin Gío y sin Toranzo en la cancha y fue cuando Teo volvió a su posición natural.
Los demás alternaron buenas y malas en un partido que solo sirvió para sumar un punto matemáticamente y donde se destacaron la pareja central de la defensa -sigue sólido Cahais- y Yacob tuvo buen manejo en el medio, y la observación es para Pillud, que insiste en sus subidas personales para terminar chocando sin aportar nada claro.
El equipo muestra que desde el medio hacia atrás se sabe a que se juega y se mantiene un orden para cumplir con el sistema, pero adelante es como que hay desorientación y se puede observar a un Teo solitario la mayoría del tiempo.
Es cierto que solo van 9 fechas con este cuerpo técnico y espero que los jugadores se convenzan del mensaje que reciben, porque da la sensación de que Racing quiere…pero no quiere y sin convicciones no hay futuro.
Ahora sí hay que prepararse para poner toda la carne al asador, ya que el próximo partido se va a convertir en una bisagra para el equipo.
Si ganamos será una inyección anímica importante que liberará mentalmente a los jugadores para el futuro y si perdemos o empatamos será casi como despedirse del campeonato y un golpe duro de digerir para todos.
Hasta pronto.